Año de inscripción: 1985
La Ciudad Vieja de Santiago de Compostela fue inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial en 1985 por su catedral y el conjunto histórico que la rodea. Ejerció una influencia decisiva en el Norte de España gracias a la vinculación de la ciudad a uno de los fenómenos más importantes de la historia medieval, el Camino de Santiago, hecho que fue fundamental para considerar su inclusión en la Lista. La importancia de esta ruta de peregrinación también fue reconocida por la UNESCO, que incluyó el Camino Francés en la lista del Patrimonio Mundial.
Santiago de Compostela, asentada sobre una necrópolis dolménica y un castro celta, además de restos romanos, constituye un extraordinario conjunto monumental, una armoniosa ciudad histórica muy bien conservada, como muestran sus plazas y estrechas calles con edificios románicos, góticos, renacentistas, barrocos y neoclásicos. El hito fundamental lo marca el descubrimiento a principios del siglo IX del sepulcro del apóstol Santiago, a partir del cual la ciudad experimentó un fuerte crecimiento y desarrollo convirtiéndose en un importante centro de peregrinación que compitió con Roma y Jerusalén en la atracción de peregrinos. Se convirtió así, durante la Edad Media, en un centro de intercambio cultural y humano. A finales del siglo X sufre el saqueo de Almanzor. Totalmente reconstruida en el siglo siguiente, se convirtió en los siglos XI y XII en un lugar de gran influencia y prestigio.
La catedral, comenzada en 1075, es una obra maestra de la arquitectura románica que guarda el Pórtico de la Gloria, joya de le escultura medieval, y la fachada barroca occidental, que forma uno de los lados de la plaza del Obradoiro. La importancia de la ciudad radica fundamentalmente en ser centro de peregrinación de la cristiandad medieval, la meta de una ruta que tenía su reflejo en el cielo. Los peregrinos llegaban a Compostela guiándose por la Vía Láctea, que dibuja un camino de estrellas en las noches despejadas que llegó a ser conocido como el Camino de Santiago.
La Ciudad Vieja de Santiago integra a la perfección los diferentes estilos con las tradiciones locales. El resultado de esta mezcla es un conjunto en el que la arquitectura gallega, con sus típicas galerías de madera y materiales tradicionales, como la piedra, la madera o el hierro, se combina con grandes monumentos que constituyen un espléndido recorrido por la historia del arte europeo y universal.Salto de línea