El Castillo de Hambach se erige como un símbolo de la búsqueda de la democracia en un contexto transfronterizo, se le considera la cuna de la democracia alemana.
Está vinculado a un evento clave: el Festival de Hambach; este festival tuvo lugar el 27 de mayo de 1832 y participaron entre veinte mil y treinta mil personas procedentes de Alemania, Francia y Polonia llamados por la libertad, la igualdad, la tolerancia y la democracia, además de la lucha por la unidad dentro de Alemania y la unificación de Europa.
El castillo ha sido restaurado y, hoy en día, alberga un museo con exposiciones permanentes y un centro de convenciones.