La historia de Riga, capital de Letonia, es la propia historia de una importante región europea, la zona del Báltico. Se fundó probablemente en el siglo XII y se convirtió, poco tiempo después, en un centro mercantil y artesanal, que formó parte de la Liga Hanseática, de gran trascendencia en la Baja Edad Media europea.
Adquirió posteriormente cierta independencia, pero en 1581 pasó a manos de Polonia. Los suecos tomaron la ciudad de Riga en 1621 y le concedieron el autogobierno, pero en 1721 fue cedida a Rusia después de que Suecia fuera derrotada en la Gran Guerra del Norte. Durante la I Guerra Mundial fue ocupada por los alemanes durante 1917 y 1918, año en el que pasó a ser capital de la República Independiente de Letonia. Durante la II Guerra Mundial, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) la anexionó en 1940, y los alemanes la tomaron antes de ser nuevamente devuelta a los soviéticos. Esta ciudad fue capital de la República Socialista Soviética de Letonia hasta 1991, año en el que Letonia volvió a independizarse.