La Comisión Europea convocó a los expertos de los Estados Miembros, con el fin de concretar las orientaciones de la comunitarización, con base en las Conclusiones del Consejo y en la reunión abierta de aquel mes de junio. Se quiso sobre todo dar respuesta a las dos cuestiones que, de cara a la elaboración de una acción de la Unión Europea sobre Sello de Patrimonio Europeo, quedaban aún pendientes: cómo establecer un número representativo de sitios por Estado Miembro, y cómo evitar las complicaciones administrativas.
La reunión fue útil para encontrar acuerdos. En ese sentido, fue el punto de partida de una serie de discusiones entre los Estados Miembros y las instituciones europeas, que fueron encauzando la comunitarización de la iniciativa de Sello de Patrimonio Europeo hacia su formato actual.