Las pinturas de la Colección Lázaro, cuarenta y cinco de Eugenio Lucas Velázquez y once de Eugenio Lucas Villamil a las que hay que sumar los techos que decoran doce de las salas del Museo y la galería inferior y superior del Salón de Baile, muestran las múltiples referencias y enorme capacidad integradora de la obra de Lucas padre, en menor medida de Lucas hijo, a quien se ha considerado un imitador e intérprete de Goya. Pero, a pesar de que su obra refleja el ambiente de las majas, chisperos y chulapas de esa España exótica, anticlerical y demoniaca de inspiración goyesca, Lucas supo personalizar sus trabajos utilizando un lenguaje propio. Además de ese costumbrismo, en las pinturas reunidas por José Lázaro encontramos otras de corte académico, románticas, orientalistas y hasta de un incipiente “impresionismo” que nos hablan de un pintor polifacético, fecundo y con una extraordinaria solvencia técnica.