El aprecio de José Lázaro por este artista ha permitido que se conserve en la Colección un conjunto representativo de sus dibujos: ciento treinta de Eugenio Lucas Velázquez y siete de su hijo, Eugenio Lucas Villamil. En estas obras están representadas las diferentes facetas del artista, desde el costumbrismo tradicional y más comercial, a las creativas y poco convencionales manchas, pasando por el realismo de los paisajes y vistas urbanas. Destacan por su número y calidad aquellas obras que, ya sea por técnica –manchas– o por asunto –dibujos de viaje–, menos tienen que ver con su pintura. Gracias a esto, el conjunto de obras del artista en la Colección resulta equilibrado y representativo de todos sus intereses artísticos. Los paisajes realizados con manchas de tinta, técnica que Lucas adaptó a sus gustos e intereses y con la que creó obras sorprendentes, se admiran y valoran hoy como una de sus aportaciones más interesantes. Los dibujos realizados durante sus viajes –paisajes, vistas urbanas y apuntes de objetos y tipos populares–, son una faceta menos conocida pero muy interesante, ya que pone de manifiesto sus dotes para el dibujo del natural, su impecable técnica y su conocimiento de las corrientes artísticas del momento.