Los roles que desempeñan los individuos en la sociedad dependen de su relación con otros, modeladas por el acceso a determinados elementos materiales o inmateriales y a su situación de relativo dominio o dependencia. El dominio genera prestigio y preeminencia social. Estas relaciones se hacen visibles a través de codificaciones que poseen significado social, manifestadas mediante ritos de valor simbólico o la posesión de determinados bienes materiales que expresan la distancia entre individuos. La tradición evidencia la validez temporal de estos elementos más allá del escurridizo presente.
El acceso al conocimiento, la cultura, la capacidad de comunicación y al disfrute del ocio -mediante el juego, el viaje y el espectáculo- así como la realización de actividades no productivas, también se hace posible en función de la posición de preeminencia o dependencia en esta dinámica social. Todo ello modela mentalidades y visiones diversas sobre el mundo que crean diferentes reglas de relación entre los individuos. A pesar de la proximidad entre Portugal y España, es posible entrever diferencias en estos apartados en lo relativo a la vida cotidiana.