No sólo fue El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha la única obra de Miguel de Cervantes. Dentro de su producción literaria existen otras que han tenido su merecido reconocimiento y que afianzan su maestría como genio de las letras españolas. Siguiendo un orden cronológico, La Galatea fue su primera novela, una obra encuadrada en el género pastoril y considerada por su propio autor como una égloga, una pieza literaria que siempre tuvo la intención de concluir pero que dejaría inacabada.
Tras La Galatea, seguiría la redacción de las Novelas ejemplares: doce novelas cortas con cierto carácter didáctico y moral que siguen el modelo de las novelas cortas al estilo italiano. La Gitanilla, Rinconete y Cortadillo, El licenciado Vidriera o La ilustre fregona son algunas de las novelas más reconocidas por los lectores y que también han tenido una mayor representación en los siglos posteriores.
Los trabajos de Persiles y Sigismunda fue ya publicada en 1617 tras la muerte del escritor. En ella, Cervantes parece haberse olvidado de cualquier atisbo de verosimilitud y nos adentra en una obra extraordinaria imaginativa y rayana a la fantasía.
Múltiples fueron, asimismo, las obras de teatro que nos legó Miguel de Cervantes. A través de una selección de bienes culturales, podremos conocer la huella de su producción literaria más allá de El Quijote.