En 1955 se casa con Isabel Lorente, su compañera de vida. Su primera hija, Isabel, muere con tan solo tres meses de edad. Estellés se refugia en la escritura, anclándose ya para siempre en el tema de la muerte en su obra, como se refleja en Primera soledad. También recoge la desesperación como padre en el canto III de Coral roto. La pareja tiene otros dos hijos, Vicent y Carmina.