Presentación del IV Encuentro del Foro de NAPLE

Portada del IV Encuentro del Foro de NAPLE

Buenos días señoras y señores.

Es un honor para España actuar como anfitriona, por primera vez, de este importante foro de responsables de Bibliotecas Públicas de Europa.

Las Bibliotecas Públicas son instituciones culturales de primer orden. Su actividad va más allá de la difusión de la cultura y del servicio de acceso a la información. Son centros clave para el desarrollo, no sólo cultural sino también social y económico, de la comunidad en la que se encuentran. Por esta razón, debemos prestarles la máxima atención y, concretamente, desde responsabilidades como la que yo ostento como Ministro de Cultura, garantizar el acceso de todos los ciudadanos a nuestro rico acervo cultural.

En el espacio europeo en que nos encontramos, es fundamental contribuir con nuestros esfuerzos y con toda nuestra dedicación a la difusión de la cultura de cada país miembro y al diálogo entre todos ellos.

Cuando hablamos de crear un portal de acceso a la diversidad cultural y lingüística, no sólo debemos pensar en la suma de los distintos países, sino en la suma de los países de donde proceden todos los ciudadanos que en ellos viven. Esto multiplica la diversidad del panorama cultural: querámoslo o no, nuestra cultura es híbrida, mestiza y ecléctica. Todos somos deudores de todos.

La Biblioteca Pública como centro de acceso al conocimiento y como núcleo que alimenta la creación de nuevo conocimiento, velando por garantizar el acceso a todos los ciudadanos sin discriminación alguna, es una institución moderna, que sabe explotar la gran herramienta que supone el uso de las tecnologías de la información y de la comunicación.

Las Bibliotecas Públicas son ventanas al mundo, ya que desde cualquier parte se puede acceder a sus ricas colecciones, ya sea de forma real o virtual. El bibliotecario tiene un binomio fantástico con el que trabajar: por un lado la obra y por otro el lector. Los soportes en los que se encuentre la obra pueden ser diversos y las necesidades del lector al acercarse a ella pueden ser de lo más variado: ocio, investigación, información práctica. Pero el ocio puede llevar a la investigación y la investigación a la creación de conocimiento. Desde el Ministerio de Cultura español estamos realizando un gran esfuerzo con el objetivo de adecuar las Bibliotecas Públicas a las demandas de los ciudadanos. Hoy podemos afirmar que el trabajo realizado no ha sido en vano y que nuestras bibliotecas están mejor dotadas, tanto en personal como en infraestructuras, colecciones y servicios.

Estamos trabajando para que las bibliotecas ofrezcan unos servicios pioneros acordes con la realidad en la que vivimos. Se ha realizado una importante inversión económica en la mejora y actualización de las colecciones de las bibliotecas y, a la vez, somos conscientes de la importancia y relevancia de la construcción de la Biblioteca Digital Europea. En coherencia con este convencimiento, hemos puesto en marcha varios proyectos de digitalización de fondos situados en Bibliotecas Públicas que constituyen una riqueza de primer orden para la investigación histórica. Creemos que lo importante es hacer accesibles esos documentos a todos los ciudadanos y preservar la información, para que los criterios que han guiado la accesibilidad en el presente no se agoten en el futuro.

El Ministerio de Cultura sabe lo necesario que es actualizar la legislación relacionada con las bibliotecas. Se ha promulgado una Ley, aprobada el pasado 22 de junio, denominada Ley de la Lectura, del Libro y de las Bibliotecas, en la que se contempla la elaboración de reglamentos posteriores, que en el caso de las bibliotecas ya están en camino.

Uno de ellos es el Reglamento del Consejo de Cooperación Bibliotecaria, donde se exponen los órganos y objetivos necesarios para una cooperación efectiva y eficaz entre las distintas administraciones y entre los distintos tipos de bibliotecas. Otro es el Reglamento de coordinación de las bibliotecas de la Administración General del Estado.

Trabajamos en cooperación con las comunidades autónomas y con los municipios, así como con otras entidades públicas y privadas. Las bibliotecas desde siempre han tenido un espíritu cooperante, una capacidad para poner en común lo que tienen en aras de favorecer el flujo y el intercambio de la información.

Pero la cooperación bibliotecaria no termina en nuestras fronteras, sino que se extiende más allá. La biblioteca nos permite conocer y difundir nuestra cultura y acercarnos a la de otros países, a la de otros ámbitos geográficos a los que estamos vinculados por una u otra razón, o por los que sentimos curiosidad o interés.

Para nosotros tiene especial relevancia la relación con el área Iberoamericana. Hoy estáis aquí representantes de distintas culturas con el común denominador de Europa. Tenemos muchos años de historia conjunta, sois los máximos responsables de las Bibliotecas Públicas de vuestros respectivos países, trabajáis para que los ciudadanos de cualquier país europeo y del exterior de Europa puedan conocer y acceder a la cultura que nos une y nos enriquece.

Los ecosistemas culturales necesitan de las bibliotecas para alimentar la creación de conocimiento.

Los proyectos y experiencias que vais a presentar durante estos días vienen a completar y a continuar la misión de difusión de la cultura que tienen las Bibliotecas Públicas, debido a su cercanía al ciudadano.

El desarrollo cultural, social y económico de un país se mide, entre otros parámetros, por la información que manejan sus ciudadanos para valerse por sí mismos y obtener de su comunidad las mejores oportunidades para su crecimiento intelectual como personas y como grupo humano.

Las Bibliotecas Públicas tienen una misión muy importante que cumplir en este campo. Son una de las instituciones clave para que la ciudadanía obtenga la información que necesita a lo largo de la vida y se la apropie transformándola en conocimientos: la gran labor cívica de las bibliotecas como servicio público es lograr que todos los ciudadanos adquieran estas habilidades.

Europa es y puede ser muchas cosas, pero también será una gran biblioteca, y la tan nombrada Biblioteca Digital Europea se verá enriquecida por las aportaciones de las Bibliotecas Públicas a las que representáis todos vosotros.

El tema que habéis elegido este año para vuestra reunión es de crucial importancia para el desarrollo de las bibliotecas en la actualidad. Hoy ya podemos decir que estos recursos digitales elaborados por las bibliotecas permiten a cualquier ciudadano analizar, estudiar y aplicar las posibilidades que este presente, siempre cambiante, nos ofrece. Los servicios de los que hoy disfrutan los usuarios de las bibliotecas públicas van desde la consulta de un manuscrito hasta las últimas novedades editoriales, pasando por conocer la obra de un autor a través de guías bibliográficas, o recibir respuesta a preguntas concretas. Todo esto se está consiguiendo hoy con el uso de las herramientas tecnológicas y gracias a las aportaciones del capital humano, que no se conforma con la rutina y que explora sin desaliento las múltiples posibilidades que la realidad nos ofrece para construir un servicio público útil al ciudadano.

Bienvenidos a España, a Madrid y al Ministerio de Cultura. Os deseo unos días de trabajo muy provechosos.

Muchas gracias por estar aquí.

César Antonio Molina Salto de líneaMinistro de CulturaSalto de líneaSalto de líneaVer publicación Link externo

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