Mujer polifacética, de actitud moderna para su época, periodista, escritora, traductora, pedagoga y activista por los derechos de la mujer. Carmen de Burgos nació en 1867, hija de José de Burgos Cañizares, vicecónsul de Portugal en Almería, y en esta ciudad y en la pequeña población de Rodalquilar pasó las primeras décadas de su vida. Muy joven, en 1883, con tan sólo 16 años, abandona el domicilio familiar para contraer matrimonio con el poeta Arturo Álvarez Bustos, con el que tendrá varios hijos, aunque sólo le sobrevivirá una niña, Ya en esta etapa mostrará inquietudes intelectuales que le llevarán a realizar estudios de Magisterio y colaborar con artículos en periódicos almerienses.
Las malas relaciones conyugales le impulsarán a abandonar a su marido y trasladarse a Madrid, donde debe compaginar su vocación como escritora con su oficio de maestra. Colaborará con diferentes diarios madrileños; en 1903, Augusto Suárez de Figueroa, fundador del Diario Universal la contrató para escribir una columna diaria destinada al público femenino: Lecturas para la mujer. Es entonces cuando comienza a firmar bajo el seudónimo de "Colombine", sugerido por el propio editor.
Su carrera profesional como educadora la lleva a Guadalajara y a Toledo, ciudad ésta en la que traba amistad con la pareja socialista formada por Dolores Cebrián y Julián Besteiro . También le permite viajar al extranjero, uno de sus grandes deseos; en 1905 una beca del Ministerio de Instrucción Pública le permitirá viajar por Francia, Suiza e Italia. Desde entonces repetirá la experiencia, tanto por Europa como por América. De sus vivencias en 1917 publicó Mis viajes por Europa.
Mantiene conexiones con el ambiente literario madrileño y funda la revista Crítica. Sus artículos periodísticos y sus novelas populares le granjearon fama entre el público, también su tratamiento de temas polémicos, como el divorcio o la modificación del código penal, defendiendo la mejora de la educación y de los derechos de las mujeres. Sus ideas las difunde en obras como La mujer moderna y sus derechos. Su vida discurrió ajena a las convenciones sociales del momento, manteniendo durante años una relación sentimental con el escritor Ramón Gómez de la Serna, veinte años más joven que ella, al que apoyaría en proyectos como la revista Prometeo. Partidaria del librepensamiento, se inició en la masonería en uno de sus viajes a Argentina y llegó a fundar la logia de Adopción Amor de Madrid, contribuyendo así al desarrollo de la masonería femenina.
Fue autora de decenas de novelas, muchas de ellas en publicaciones periódicas de literatura breve como La novela corta, Los contemporáneos, El Libro popular o La novela con regalo, En esas novelas refleja ambientes y situaciones de la época, en ocasiones con tintes autobiográficos, como La flor de la playa, que recuerda su estancia en Portugal con su enamorado. A veces la similitud con la realidad le granjea problemas; en el Archivo Histórico Nacional se conserva la demanda que le interpuso la secretaria de la Escuela Normal de Maestras de Toledo por sentirse retratada de forma ofensiva en la "solterona marchita" de su novela El honor de la familia, publicada en el n. 238 de El Cuento Semanal (PARES).
Otras de sus facetas fue la de la traducción, tarea que desempeñó para diversas editoriales, destacando las llevadas a cabo en la editorial Sempere, versionando en castellano numerosas obras como Dafnis y Cloe, del griego Longo; Diez y seis años en Siberia, del revolucionario ruso Léo Deutsch; Los Evangelios y la segunda generación cristiana, de Ernesto Renán ; La indomada, de los hermanos belgas J. H. Rosny; Las mañanas en Florencia, del británico John Ruskin. Tradujo y biografió a Giacomo Leopardi, de quien fue una gran admiradora.
Al final de su vida se implicó más en política, afiliándose al Partido Republicano Radical Socialista. Llegó a conocer la proclamación de la II República, pero fallece el 8 de octubre de 1932 a la edad e 65 años.