Volver

Contexto histórico y literario

El 23 de febrero de 1895, fecha que ha trascendido como el Grito de Baire dio comienzo una rebelión en Cuba Nueva ventana. Levantamiento independentista liderado por Máximo Gómez Nueva ventana , Antonio Maceo Nueva ventana y José Martí Nueva ventanafundador en 1892 del Partido Revolucionario Cubano. Ese mismo año, en Filipinas, Andrés Bonifacio Castro impulsó el nacimiento del Katipunan Nueva ventana con el objetivo de alcanzar la independencia de España por medio de la revolución armada.

La posición del Gobierno de Cánovas, así como del de Sagasta, fue la de conservar la Cuba española empleando “hasta el último hombre y la última peseta”, frase popularizada por Cánovas del Castillo Nueva ventana en un debate parlamentario de 1891, pero que ya había sido empleada previamente y también en el contexto del conflicto independentista cubano por Manuel Becerra y Víctor Balaguer Nueva ventana, así como por Práxedes Mateo Sagasta, líder del Partido Liberal, en 1895. El movimiento anarquista convertiría la célebre frase en “hasta el último hombre que no tiene los 300 duros para redimirse”[1] y las protestas contra el sistema de quintas Nueva ventana comenzaron desde los primeros meses de la guerra.

Pulse para ampliar Combatientes Cuba. AGA

En enero de 1896 el general Martínez Campos fue sustituido como gobernador general y capitán general de Cuba Nueva ventana por el general Weyler Nueva ventana, que ya había participado en la Guerra de los Diez Años Nueva ventana (1868-1878) adquiriendo gran prestigio como jefe y fama de cruel. Weyler adoptó medidas excepcionales, que fueron publicadas previamente en los bandos de guerra, y adoptó como estrategia la concentración de la población civil en zonas militares. Pero no vulneró el derecho de gentes, ni los usos de la guerra. Sin embargo, esas tácticas fueron muy impopulares y tuvieron gran repercusión en la prensa, incluida la internacional

Pulse para ampliar AHN,DIVERSOS-ARCHIVO_CARLISTA,26,L.308

Un año después, a raíz del asesinato de Cánovas del Castillo, hubo un cambio de orientación de la guerra. Sagasta, a cargo del Gobierno desde el 4 de octubre, decidió renunciar a toda acción ofensiva e implantar la autonomía. Ante una nueva ofensiva en el oriente de la isla, nombró capitán general de Cuba a Ramón Blanco y Erenas, que había sido capitán general de Filipinas desde 1894 hasta su relevo por el general Polavieja Nueva ventana tras la evolución de la insurrección independentista de la provincia en 1896.

La explosión del Maine en el puerto de La Habana fue determinante para la intervención estadounidense en el conflicto. El 20 de abril de 1898, la reina María Cristina se dirigió a las Cortes para pedir la declaración de la guerra a los Estados Unidos (Diario de sesiones – Serie histórica. Legislatura 1898-1899. 20-04-1898. Nº 1). El 1 de mayo se produjo la derrota de Cavite (Filipinas) y el 3 de julio la derrota de la escuadra del general Cervera frente a Santiago de Cuba. Tras la firma del Tratado de París de 1898 Nueva ventana se formalizó la cesión de Cuba, las islas Filipinas, la Isla de Guam y Puerto Rico a los norteamericanos y el 30 de junio de 1899 el Gobierno vendió a Alemania por veinticinco millones de marcos el resto de las islas Marianas, las Carolinas y Palaos. La humillación sufrida frente a la marina de la nueva potencia estadounidense fue tan grande que la derrota pasó a ser llamada “desastre”

El Desastre del 98 supuso, pues, un momento histórico crítico, y se convirtió en una forma de entender una época que, a su vez, se reflejó en la literatura de la denominada Generación del 98. Hay que tener presente, no obstante, que esta corriente de pensamiento se inserta dentro de un panorama global cambiante en el contexto de imperialismo, como demuestran desde el famoso discurso sobre las naciones vivas y moribundas pronunciado por Lord Salisbury el 4 de mayo de 1898 en el Albert Hall o las derrotas de Francia en Fachoda (1898) y de Italia en Adua (1896) o el Tratado anglo-portugués de 1891. Es decir, además de la crisis económica (en una economía de base que era principalmente agraria, el 98 significó en España una crisis de la conciencia nacional, crisis que también se produjo en el resto de Europa.

Contexto literario

Línea horizontal

La Generación del 98 Nueva ventana es un movimiento literario español tradicionalmente asociado con el desastre de Cuba y Filipinas Nueva ventana. No obstante, según algunos autores, esta afirmación es discutible. En 1898, Cuba obtuvo su independencia de España, lo que marcó el fin del Imperio español y contribuyó a la percepción de que España era un país decadente. El país era fundamentalmente rural, estaba sumido en la pobreza y no tenía medios ni recursos científicos adecuados (con pocas excepciones, pues Ramón y Cajal Nueva ventana ganó el Premio Nobel).

Los autores del 98 tratan principalmente el problema de la situación decadente de España, pero esto no es algo que hubiese empezado en el 98. La discusión acerca del regeneracionismo español ya existía desde la Revolución de la Gloriosa en 1868 Nueva ventana, que dio lugar a la expulsión de Isabel II y el inicio de autores preocupados por la regeneración española, Joaquín Costa Nueva ventana y Giner de los Ríos Nueva ventana entre ellos.

Algunos de los autores de la Generación del 98 en estos años se consideraban anarquistas espirituales, estaban en la búsqueda de la libertad individual y la creatividad artística. Eran autores revolucionarios y antiburgueses, que se reunían en cafés y tertulias para debatir sobre el problema español y rechazar la situación social y política. Eran ideólogos, pero no perpetradores. Cabe recordar que Baroja quedó afectado ante el atentado contra Alfonso XIII Nueva ventana, pues conocía a Mateo Morral Nueva ventana, el perpetrador, con el que coincidía en el café Candelas de la calle de Alcalá, en Madrid. Escribió la novela La dama errante (1908) como respuesta.

A menudo se ha incluido la Generación del 98 dentro del ModernismoNueva ventana. El poeta nicaragüense Rubén DaríoNueva ventana, máximo exponente del modernismo literario en lengua española, tuvo vínculos con la Generación del 98. Hay que tener en cuenta que el Modernismo tiene una mentalidad de desencanto ante cuestiones relevantes de la vida cultural y social. No es un movimiento exclusivo de España y tiene influencias del simbolismo, el parnasianismo, el decadentismo… Guillermo Díaz-Plaja (1979) considera que la Generación del 98 sí tiene sus diferencias con respecto al Modernismo. Entre otras cuestiones, tiene un lenguaje antiretórico, natural y directo, además de estar al servicio de la inteligencia y tener un posicionamiento antibarroco. El Modernismo por su parte se recrea en la artificiosidad y musicalidad de su lenguaje y sirve a la belleza y el elitismo.

La nómina de escritores de la Generación es algo arbitraria y hay autores que la presentan de forma más restrictiva y otros más amplia. Entre ellos hay que citar a Pío Baroja, Ramiro de Maeztu, María de Maeztu, Unamuno, Valle-Inclán, Concha Espina, Carmen Baroja, Azorín, Jacinto Benavente, Antonio Machado o la periodista Carmen de Burgos.

Finalmente, cabe decir que los miembros de la Generación del 98 acaban decepcionados con el pueblo español y no ven posibilidad de cambio ni redención: la Monarquía y la Iglesia alienan al pueblo, sus gobernantes destacan por su ineptitud y España se encuentra sumida en la pobreza y el analfabetismo. Esta idea se encuentra muy presente en El árbol de la ciencia, de Baroja (1911).

Subir