De Cartago a Sagunto

"..Tratando de imponer silencio, Salmerón prosiguió así: «¡Orden, señores diputados! La calma y la serenidad no deben apartarse de los ánimos fuertes en circunstancias como ésta... Me ha dicho el Capitán General que si no se desaloja el Congreso en plazo perentorio lo ocupará a viva fuerza... Yo creo que es lo primero y lo que de todo punto procede...». Espantoso tumulto ahogó la voz del orador. Algunos vociferaban: «¡Esto es una indignidad, una villanía! ¡Esto es una traición infame!». El Presidente, en tanto, gritaba con voz estentórea: «¡Orden, señores diputados, sírvanse oír la voz...!». Continuó el tumulto con creciente estruendo. Varios Intransigentes, en pie sobre sus escaños, gesticulaban y decían: «Calma, señores, mucha calma». Don Eduardo Chao exclamó: «¡Esto es una cobardía miserable!». Y el filósofo don Nicolás, reiterando sus exhortaciones, exclamaba a grito herido: «¡Orden, orden, señores diputados! Vuelvo a recomendar la calma y la serenidad. Sírvanse oír»... Pero nadie le oyó...".

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De Cartago a Sagunto es la quinta novela de la serie final de los Episodios nacionales de Galdós. Fue escrita en Santander y Madrid, entre agosto y noviembre de 1911.

El trayecto que traza Galdós en este episodio refleja desde la actividad cantonalista entre julio de 1873 y enero de 1874, hasta la proclamación de Alfonso XII Nueva ventana en Sagunto, pasando por las Cortes, el asalto y saqueo de Cuenca Nueva ventana y el final de la República Nueva ventana.

Continúan en ella las aventuras de Tito Liviano iniciadas en episodios anteriores. Asiste al asedio de la ciudad de Cartagena por las tropas del gobierno central y de vuelta a Madrid recibe la noticia de la rendición del cantón y asiste a la caída del último gobierno republicano con el asalto del Congreso por la Guardia Civil.

Mariclío, su musa de la Historia, de la que es rendido servidor, le encomienda partir hacia el norte en calidad de «delegado secreto», para negociar con los carlistas Nueva ventana su rendición por medio de sobornos. En el viaje le acompaña Chilivistra, su última conquista, mujer hermosa, pero de humor cambiante, que le da más disgustos que satisfacciones, personificación de la España de su tiempo.

Sus correrías terminan en Cuenca, donde es testigo de la caída de la ciudad a manos de las tropas carlistas, que llevarán a cabo una sangrienta represión.

En contra del título del episodio, la acción no llega hasta Sagunto, donde tendrá lugar la restauración monárquica Nueva ventana, ya que en el último capítulo, Galdós promete que abordará dicho tema en el siguiente episodio de la serie.

El trasfondo histórico se sitúa entre finales de 1873 y principios de 1874, que tiene lugar la rebelión cantonal con foco principal en Cartagena, que fue sofocada tras un efímero gobierno de 6 meses y 2 días. En Madrid, la división irreconciliable de los republicanos entre unitarios y federales, lleva a la caída del gobierno de Emilio Castelar Nueva ventana, que dimite tras perder una moción de confianza, seguida del golpe de Estado del general Manuel Pavía Nueva ventana, con invasión de las Cortes incluida.

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