“- A eso iba, a eso voy... Coged todos los candiles que hay en el mundo, encendedlos, recorred con ellos el suelo de España buscando la Justicia, y no la encontraréis. Ella y la Verdad se han escondido... y para encontrarlas, más que candiles hace falta otra cosa" [...]
Con el título Los duendes de la camarilla publica Galdós en 1903 la tercera novela de la cuarta serie de sus Episodios Nacionales.
Escrita en Madrid entre febrero y marzo de ese mismo año, durante el periodo histórico en el que sitúa la acción, noviembre de 1850 y febrero de 1852, Narváez cae como presidente del Consejo de Ministros, sucediéndole en enero de 1851 Bravo Murillo , aún más absolutista que el anterior. Bajo su mandato una Iglesia muy conservadora recuperará parte de su poder. Monjas y religiosos, cortesanos, políticos y militares, serán los protagonistas de un entramado de intrigas (la camarilla) que orbitarán alrededor de la joven reina Isabel II , tratando de influir en ella según sus propios intereses. El Episodio finaliza el 2 de febrero de 1852 con el intento de regicidio del clérigo Martín Merino y Gómez , un hecho histórico que será el punto de arranque de la siguiente novela.
Respecto a la trama de ficción, de nuevo recurre Galdós al narrador omnisciente que nos presenta a dos antagonistas femeninas, Lucila Ansúrez, la Celtíbera, que encarna el ansia de libertad del pueblo y Domiciana, monja exclaustrada. En ellas delega a veces el narrador, dándonos a conocer la Historia desde distintos puntos de vista. El hilo conductor será la historia de amor entre Lucila Ansúrez y el capitán Bartolomé Gracián, condenado a muerte y perseguido por la policía y a quien ella cuida e intenta proteger. La acción se inicia en el Madrid de 1850, donde se describe con minuciosidad cinematográfica calles de los barrios bajos siguiendo los pasos de una joven, que los recorre con andar preocupado, y de la que destacan sus zapatos o escarpines rojos sobre su vestimenta negra, hasta llegar a una buhardilla donde se encuentra con su amante.
El narrador sitúa más tarde como protagonista y narradora a Domiciana, que dirige la cerería de su padre y tiene conocimientos de herboristería, actividad relacionada tradicionalmente con la brujería. Domiciana será el enlace entre doña Victoria de Sarmiento, su amiga y protectora que vive en Palacio, y el convento de Jesús, regentado por sor Patrocinio. Domiciana proporciona a Lucila dinero y comida a cambio de ayuda doméstica y conversación. En ellas, Domiciana da su personal visión de la reciente historia de España destacando el papel de Sor Patrocinio en la familia real. Por su parte Lucila, que la escucha con escepticismo, comparte su historia de amor con Gracián.
Jerónimo Ansúrez ha encontrado un empleo que le encanta en el nuevo Teatro de la Ópera , y en sus reflexiones convierte el teatro en una metáfora de la vida pública al identificarlos. Pero la fatalidad vuelve a cebarse en la familia Ansúrez y éste pierde su trabajo.
Sobre el acontecimiento principal, la desaparición de Gracián, se mantendrá el misterio hasta la siguiente entrega. Pero provocará que Lucila, desesperada, y ante la imposibilidad de localizar a su amante, acceda a casarse con un rico hacendado. Con la boda de Lucila y el intento de regicidio en los actos del bautizo de la nueva princesa se cierra el capítulo.