La estafeta romántica

Y a propósito de romanticismo, Mariquita mía, ¿estás en Babia? El que se ha suicidado en Madrid es Larra, un escritor satírico de tanto talento como mala intención, según dicen, que yo no lo he leído ni pienso leerlo. Las señoras, a sus quehaceres de casa, y si hay algún ratito libre, a buscar buenos ejemplos en el Año Cristiano. Déjame a mí de sátiras que no entiendo, y de literaturas, que siempre traen algún venenillo entre la hojarasca. Pues sí: ese desdichado firmaba sus escritos, que no sé si eran en prosa o en verso, con el apodo de Fígaro, nombre de un barbero que hubo en Sevilla, según me dice Rodrigo. Se mató por contrariados amores con una casada; ¡qué abominación!... Mira: al leer esto, que no va con buena gramática, cuida de no confundirte: el que se pegó el tiro no fue el barbero, sino el satírico. Dios le haya perdonado... Déjate de atar cabitos, que nada tiene que ver el muerto de allá con el calabaceado de Vizcaya [...]

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El episodio número 26, sexto de la tercera serie de los Episodios Nacionales (escrito, como indica el propio autor, en su finca de San Quintín en Santander, durante los meses de julio y agosto del año 1899).

Los hechos históricos a los que alude Galdós parten del año 1837. Año en el que los personajes ficticios que enhebran esta nueva novela histórica mantienen una correspondencia con el telón de fondo de una España sumida en la guerra civil y en disputas entre liberales, progresistas y modernos, que Galdós anota como isabelinos o cristinos, contra los absolutistas, reaccionarios y anacrónicos, los carlistas.

El cuadro histórico de esta nueva entrega novelesca, desarrollada epistolarmente, rememora dos capítulos históricos la conocida como la “Expedición Real”, así llamada por estar encabezada en persona por el pretendiente al trono Carlos María Isidro de Borbón Nueva ventana, proclamado como Carlos V, entre el 15 de mayo y el mes de octubre de 1837, y la “jura” de la regente María Cristina Nueva ventana, de la nueva Constitución de 1837 Nueva ventana.

En mayo de 1837 doce mil 12.000 carlistas, marcharon desde Navarra, dirección Este, y recorrieron la Península incorporando nuevos efectivos entre las milicias de las zonas de Cataluña, reuniéndose con el General Cabrera Nueva ventana en el Maestrazgo y marchando desde las cercanías de Valencia a Madrid, llegando a sus puertas a mediados de agosto.

Las motivaciones de la "Expedición Real" no eran militares (la toma de Madrid y el hecho de destronar a la reina Isabel II Nueva ventana, sobrina del pretendiente Carlos María Isidro), sino más bien políticas, obedeciendo a los contactos mantenidos entre representantes de la Regente y del pretendiente, ya que el entorno de la corte de María Cristina estaba inquieto por los pasos seguidos por la reforma liberal en España (que concebían en algunos aspectos como “revolución” liberal, sobre todo después de la marea revolucionaria que siguió al pronunciamiento de los sargentos de La Granja, el verano del 1836). En consecuencia, estos moderados cristinos se aunaron en torno a un posible acuerdo con Carlos para poner fin a la guerra.

Finalmente, como la cercanía de un ejército a las órdenes de Espartero Nueva ventana, mantenía alejada la posibilidad de un intento carlista de ocupar la capital, y no se produjo una esperada y confiada entrega del trono por parte de la Reina Regente, los soldados carlistas iniciaron la retirada a los territorios de los que habían partido, considerándose derrotados. El único resultado de la "Expedición Real", fue marcar un punto de inflexión, ya que supuso el inicio de las desavenencias en el seno tanto militar como civil de la causa carlista, que habrían de facilitar la finalización de la guerra.

En cuarenta y tres cartas, con unos trece corresponsales (sin contar al apócrifo Miguel de los Santos Álvarez), Galdós nos presenta de nuevo a los personajes folletinescos principales de esta tercera serie de los Episodios.

Con el recurso literario de una novela epistolar, el autor consigue que conozcamos mejor las biografías de los personajes ficticios, mientras observamos como las cuestiones particulares se ven afectadas por la situación histórica que les ha tocado vivir. Aunque en este episodio la historia política cede terreno a la historia social y sobre todo a la historia de la literatura. Así encontramos recuperado el protagonismo novelesco del personaje principal romántico y liberal de la tercera serie, Fernando Calpena, al que de nuevo acompañan su amigo progresista y consejero, el clérigo Pedro Hillo; el noble aragonés venido a menos, Beltrán de Urdaneta; las hermanas Castro-Amézaga, Gracia y Demetria, a las que otro párroco, José María de Navarridas, tío suyo, vigila de la corrección de las lecturas de las dos hermanas o Aura Negretti, con quien se cartea Calpena, ya que continua el desenlace amoroso entre ambos. A estos personajes más conocidos se unen más personajes como doña María Tirgo, madura y provinciana totalmente ajena a las novedades literarias; doña Juana Teresa, marquesa de Sariñán, mujer maliciosa, refractaria en lo literario e interesada en lo personal, que considera el romanticismo una locura; Valvanera Urdaneta de señora de Maltrana, su cuñada y su marido, qua acogen a Calpena en su casa, que es confidente y amiga de Pilar de Loaysa, a quien Calpena en una carta reconoce como madre, entre otros personajes secundarios.

Cabe destacar como tema recurrente de la novela la lectura. Se citan muchos libros, permitiendo al lector, a través de los comentarios diversos de los corresponsales, descubrir la vigencia y reprobación de autores nacionales o extranjeros y la lectura de aquellos en la España decimonónica, así se cita el Werther Nueva ventana de Goethe, las Noches de Young, las Noches lúgubres de Cadalso Nueva ventana, el Ángelo, tirano de Padua, las Hojas de otoño Nueva ventana, Nuestra Señora de París Nueva ventana y Les voix interieures Nueva ventana de Víctor Hugo Nueva ventana y Belle Isle de Dumas Nueva ventana. También son enunciados el Viaje al país de las monas de Serinam, Los bandidos de Schiller, El doncel de don Enrique el Doliente Nueva ventanade Larra Nueva ventana y su traducción de El arte de conspirar, además El trovador de García Gutiérrez, La Fiancée de Lamermoor o La Hermosa de Perth de W. Scott, la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis o La protección de un sastre de Miguel de los Santos Álvarez, entre otros.

Se referencian otras obras populares en la época como Los mártires, El sí de las niñas, Atala, La Serafina, La nueva Eloísa, Bertoldo, Las aventuras de Robinson Crusoe y, finalmente, hay muchos comentarios sobre autores tan dispares como: Plauto Nueva ventana, Jenofonte Nueva ventana, Tito Livio Nueva ventana, Tácito Nueva ventana, Calderón Nueva ventana, Moratín Nueva ventana, Melville, Hipócrates Nueva ventana, Javier de Burgos Nueva ventana, Félix José Reinoso, Horacio Nueva ventana, Lope Nueva ventana, Ossian, Byron Nueva ventana o Quintana…

Pero la noticia literaria más reseñable del episodio es como rememora Galdós el homenaje al escritor romántico Mariano José de Larra Nueva ventana, tras su suicidio y la ascensión del nuevo paladín del romanticismo español, el poeta y dramaturgo, José Zorrilla Nueva ventana.

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