Al tratar la presencia femenina en la Guerra de las Comunidades de Castilla suele ser habitual pensar en la figura de María Pacheco , mujer del líder comunero Juan Padilla , y modelo femenino de valentía e iniciativa. A través de las crónicas y la literatura se fue moldeando la imagen de la comunera como villana o heroína, pero dándole en uno u otro sentido un protagonismo indudable. Así se fue construyendo esa “Leona de Castilla”, tal y como la calificara Francisco Villaespesa , y que fue llevada a la pantalla en película homónima protagonizada por Amparo Rivelles , bajo la dirección de Juan de Orduña. Estrenada en 1951 la película respondía a un género muy popular entre el público español, que combinaba el drama histórico con las historias de aventuras y espadachines.
Hija de Íñigo López de Mendoza , conde de Tendilla, nació y se crió en la ciudad de Granada, donde su padre era alcaide. Allí recibió una esmerada educación que incluía materias diversas como el conocimiento de las lenguas clásicas. Su padre negoció su matrimonio con Juan Padilla , lo que supuso que este linaje toledano lograba unirse a la poderosa familia Mendoza .
Esta primera fase de su vida ha sido documentada, principalmente, a través de la correspondencia de su padre; luego, el mutismo de las fuentes es mayor y sólo conocemos de su participación en la revuelta comunera a través de las relaciones y crónicas del suceso. Este hecho ha generado debates y dudas sobre la actuación de María Pacheco en la ciudad de Toledo, máxime cuando la actuación de la familia Mendoza discurrió por otros cauces que les llevaron al entendimiento y apoyo de las tesis realistas.
Lo que sí es evidente es que la actuación de María Pacheco mereció la condena imperial lo que se tradujo en su posterior exilio a Portugal, un viaje que emprendió contando con la ayuda de su hermana, María de Mendoza, condesa de Monteagudo. María Pacheco se convirtió así en la única mujer exceptuada del perdón real, y condenada a la pérdida total de sus bienes. El reflejo de este hecho lo encontramos en una Real Cédula de Carlos V de 1524 por la que premiaba a uno de sus consejeros más afectos, el secretario Francisco de los Cobos , con una cadena de oro que había pertenecido a María Pacheco.
Más rastro documental han dejado, curiosamente, dos mujeres muy vinculadas al movimiento comunero, pero que han quedado ensombrecidas por el protagonismo de María Pacheco. Nos referimos a Ana Abarca , mujer de Francisco Maldonado y María Coronel , esposa que fue de Juan Bravo .
Ana Abarca fue hija del médico de la Corte Fernando Álvarez Abarca ; su matrimonio con Francisco Maldonado supuso la unión de dos linajes principales de la ciudad de Salamanca. Por su parte, María Coronel pertenecía a un linaje de judeo-conversos de la ciudad de Segovia y fue la segunda mujer de Juan Bravo.
Aunque afectadas por la participación de sus maridos y parientes en la revuelta, ni Ana ni María sufrieron exilio como María Pacheco y tuvieron que reconstruir familia y patrimonio tras la derrota de los comuneros. Ana Abarca ha dejado testimonio de su paso por los tribunales en defensa de los intereses de sus hijos, a través de varias ejecutorias de la Real Chancillería de Valladolid. Por su parte, María Coronel contrajo nuevo matrimonio con Fadrique de Solís y, también recurrió a la justicia para recuperar el patrimonio incautado a su padre, que se había mostrado partidario del movimiento comunero .