Ana Valseca nos teatraliza este poema satírico encontrado entre la colección de poemas y obras literarias conservadas en el Archivo de los Condes de Villagonzalo, dedicado al marqués de valenzuela, Fernando de Valenzuela Enciso (1636-1692) valido de la reina Mariana de Austria y embajador en Venecia en 1677. Este poema fue recogido en la obra "Tonos a lo divino y humano" de Jerónimo Nieto Magdaleno (1666-1708), natural de Orgaz, publicada en el siglo XVII, que recopila composiciones musicales tanto profanas como religiosas.Salto de línea
“Endesechas a Valenzuela, hallándose despierto de su sueño":
“De un profundo letargo/ despierta Valenzuela
y a todas partes mira/ buscándose en sí mismo
y no se encuentra
¡Qué dulce sueño tuve/ dice y casi creyera
por verdad todo cuanto/ formó la fantasía allá en su idea.
Soñaba que me vía/ Marqués de Villasierra,
grande de primer clase,/mayor caballerizo de la reina.
También, que la embajada/ no quise de Venecia
y de un bastón glorioso/ de cual hacía poca cuenta.
Que estaba aposentado/ con gran magnificencia
de príncipe en el cuarto/ dando como valido las audiencias.
Del Rey y reina honrado/ y con reverencia
me hincaba la rodilla/ de aquestos reinos la primer nobleza.
Que el oro me sobraba,/ los diamantes, las perlas,
las preciosas alajas/ y que gozaba ya preciosas rentas.
¿Posible es que fue sueño?/ ¿Y que verdad no sea?
¿Dónde está el almirante,/que tanto aseguraba mi grandeza,
que se hizo condestable?/ Aguilar, dónde queda
que con su regimiento/ mi fortuna afirmaba ser eterna.
¿Dónde se fue el de Astorga/ y Astillano que espera
que sus rendimientos/ indignos aumentaron mi soberbia?
Pero ya que soñaba,/ me enseña la experiencia,
pues no temiendo el día,/ a mi pesar, el Alba me despierta
y Medina Sidonia/ llevándome a Consuegra,
que vuelva a dormir dice/ pues que me tienen ya la cama hecha”.
Villagonzalo,c.1,d.283
Esta composición recrea la caída, tras una rápida y corta carrera política, de Fernando de Valenzuela, I marqués de Villasierra, quien fuera el segundo valido de Mariana de Austria, madre de Carlos II y Reina gobernadora durante su minoría de edad. A principios de 1677 el infante don Juan José de Austria, apoyado por los grandes de España, consigue la destitución del valido, al igual que había logrado años antes la del jesuita Nithard en 1669.
El poema nos recuerda, por su contenido sobre la veleidad de la fortuna, a las Coplas a la muerte de mi padre, de Jorge Manrique, por ejemplo: ¿Qué se hizo del rey don Juan?, ¿De los infantes de Aragón que se hicieron?, ¿Qué fue de tanto galán, qué de tanta invención como “trujeron”? Valenzuela también es equiparado en el poema a Álvaro de Luna, condestable de Castilla –título al que se hace referencia en el poema y en las coplas- y valido de Juan II, otro grande, caído en desgracia y separado del poder por la oposición de la gran nobleza castellana.
El contenido de la composición, como en un mal sueño, repasa la vida, el rápido ascenso social y el enriquecimiento de Valenzuela, su privanza con la reina que le valío el pseudónimo de "el duende de palacio", su encumbramiento nobiliario; su enfrentamiento con Juan José de Austria y abandono por los grandes: el almirante y el condestable de Castilla, el conde de Aguilar, el marqués de Astorga.
El poema hace burla de su rocambolesco apresamiento en El Escorial por los futuros duques de Alba y Medina Sidonia, y se hace referencia al lugar de destierro de Valenzuela, Consuegra, sede del gran prior de la Orden de San Juan, dignidad que ostentara precisamente el propio infante don Juan José de Austria. Valenzuela finalmente fue procesado y condenado al destierro en Filipinas.
Febrero 2018.