Posiblemente durante el confinamiento que hemos vivido y la evolución de la pandemia del COVID19, el divertimento social es uno de los factores que más hemos echado en falta. Es evidente que somos seres sociales y que siempre, en todas las épocas históricas, hemos necesitado ese momento de diversión. Pero… cómo lo hacían en esas otras épocas históricas….Salto de línea Quizá el divertimento por antonomasia del Siglo de Oro, tanto para los nobles y el rey como para el pueblo llano era las comedias. Se representaban tanto en los famosos corrales de comedias, muy populares, como en Palacio, en donde solían acudir los nobles y era muy habitual que estuvieran los Reyes.Salto de línea Sin embargo, la representación de comedias era muy criticada, sobre todo por ciertos sectores del clero que veían en ellas el germen de todos los males de su sociedad.Salto de línea Eva Bernal Alonso puso de relieve este hecho en la Pieza del Mes del AHN de mayo de 2015, la cual pueden consultar aquí
Por otro lado, las comedias de Palacio fueron en ocasiones origen de problemas o disputas, como por ejemplo el famoso duelo que se suscitó en el marqués del Águila y don Juan de Herrera a causa de una pelea que tuvo lugar durante la representación de una comedia en Palacio, estando presentes los reyes, en 1635, situación que se alargó hasta 1637 y que fue la comidilla de todos los mentideros de Madrid, y sobre la cual podéis indagar más aquí
Sin duda, Lope de Vega fue el epítome de los autores de comedias, habiendo sido ya aclamado en vida como el mejor y más prolífico autor de su tiempo. Como muestra, les invitamos a leer esta carta autógrafa de Félix Lope de Vega Carpio al Inquisidor General, solicitando que se le devuelva una comedia que escribió sobre la conversión de San Agustín, con el fin de reescribirla antes de ser sometida a censura y calificación por el Santo Oficio.
Las comedias no fueron el único divertimento. Los bailes, al igual que éstas, no estaban demasiado bien vistos, pero todos los estamentos sociales los practicaban. No obstante había danzas más y menos aceptables. Así, mientras se entendía que ciertos bailes eran propios y adecuados para la nobleza, porque su aprendizaje contribuía al saber cortesano de este grupo social; otros, más populares fueron sistemáticamente prohibidos por excesivos e incluso obscenos, como la chacona, la zarabanda, las jácaras o el escarramán, con autores tan conocidos como Gaspar Sanz o Juan Arañés.
Los documentos también nos han dejado vestigios de estos bailes populares. Sirva de ejemplo esta “prohibición del baile de la zarabanda por la Sala de Alcaldes de Casa y Corte” (Imagen 355).
En ninguna celebración de la Corte podían faltar los juegos caballerescos. Estos juegos ecuestres de desafío, como los juegos de cañas o los torneos, o los ejercicios de habilidad como la sortija o las cabezas, eran otro gran divertimento y en ellos solían participar los nobles. En concreto, los juegos de cañas eran un desafío entre dos cuadrillas de caballeros, cada uno con librea de diferente color, que se enfrentaban con cañas (que simulaban lanzas) y con adargas.
Era muy habitual que se celebraran en la Plaza Mayor como se puede observar en la pintura de Juan de la Corte que custodia el Museo Municipal de Madrid, titulada “Fiesta en la Plaza Mayor”, en el que se representa unos juegos de cañas que se celebraron para honrar la visita del entonces Príncipe de Gales y posterior Carlos I de Inglaterra en 1623, para ultimar el acuerdo sobre su matrimonio con María de Austria, hermana de Felipe IV.
Todo esto se sustenta en nuestros documentos, que constatan la realidad en estos años. Un claro ejemplo es la “Prohibición de la Sala de Alcaldes de elevar los precios del alquiler de las ventanas de la Plaza Mayor para los juegos de cañas y toros” que custodiamos en nuestro fondo de Consejos.
No queremos terminar sin dedicar un espacio a los toros, que junto con las comedias, eran la diversión popular más extendida. Se celebraban en las plazas públicas y aunque al principio el toreo se reservaba a la nobleza (que lo realizaba a caballo) pronto se popularizó entre otras clases sociales e incluso aparecieron los toreros profesionales.Salto de línea Las corridas de toros eran actos públicos en donde estaban presentes las autoridades, lo que a veces generaba conflictos sobre las preeminencias de las instituciones y sus representantes, así como sobre sus derechos a tener silla, almohada u otros distintivos de su categoría y autoridad.
Dentro de nuestro fondo de la Universidad de Alcalá, encontramos, un gran ejemplo: los autos y otras disposiciones sobre las preeminencias del rector del Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares para poner tapete y almohada y silla cuando predica, hace actos, enfiestas de toros y en todos los lugares donde asiste como tal.
La música, el teatro, la danza… el tiempo pasa pero nuestros entretenimientos siguen siendo parecidos, ¿no les parece? Esperemos que pronto podamos volver a admirarlos en directo, pero mientras tanto, disfruten su historia.