Las mujeres fueron la cara visible de la huelga que paralizó el teatro y los espectáculos madrileños entre el 4 y 10 de febrero de 1975. Actrices como Concha Velasco, María José Alfonso, Rocío Dúrcal, Ana Belén o Tina Sainz, entre otras muchas, fueron su cara visible. Los escenarios vacíos y la respuesta del Estado mostraron al conjunto de la sociedad española, por su repercusión mediática, la manifiesta conflictividad social en los estertores de la Dictadura. El AGA conserva entre sus fondos documentales testimonios y documentos que nos ayudan a conocer aquella fase de nuestra historia.
Durante buena parte de 1974 se estaba negociando el nuevo convenio colectivo de los actores y actrices con los empresarios teatrales de Madrid. Los vocales sindicales que representaban a los cómicos dentro de la estructura del sindicalismo vertical del Franquismo, que reunía a empleadores y asalariados, no eran reconocidos como legítimos por gran parte de la profesión. Esta proponía como negociadores a una comisión propia que había sido elegida democráticamente en asamblea. La Comisión de los Once, como fue denominada, proponía integrar en el nuevo convenio el seguro de paro, la semana laboral de 8 funciones semanales y un sueldo mínimo de 1.000 pesetas a cobrar desde el primer día de los ensayos, entre otras.
Aunque la primera Comisión, en la que participaron Lola Gaos y Gloria Berrocal, llegó a firmar el convenio colectivo, el Sindicato Nacional del Espectáculo no autorizó el convenio por negar legitimidad a la Comisión. Para el Sindicato Vertical los únicos vocales legítimos eran los suyos, y no los elegidos en la asamblea. Reclamando su derecho a ser representados por su propia comisión, los cómicos decidieron ir a la huelga.
El martes 4 de febrero de 1975 los teatros madrileños cerraron por incomparecencia de los trabajadores y comenzaron las primeras detenciones de cómicas, como Alicia Sánchez o Natalia Duarte, que son trasladados a la Dirección General de Seguridad por parte de la Brigada Político-Social para ser interrogados sobre las motivaciones de la huelga, que fue tachada de política.
La noticia de los arrestos se propagó rápidamente, comenzando la solidaridad de directores de escena, como Josefina Molina. La huelga transciende a Madrid y los paros comenzaron en otras ciudades como en Barcelona. La compañía Teatro Experimental Independiente (TEI) que representaba su versión de Terror y Miseria del Tercer Reich en la sala Capsa dejó de actuar en solidaridad con sus compañeros de Madrid.
Al día siguiente, el miércoles 5, los actores de TVE secundaron el paro al no grabar el programa Estudio 1, igual que los cuadros de actores de radio de la SER y las distintas emisoras del Movimiento y del Sindicato Vertical. Lola Flores suspendió su espectáculo en la sala Xairo se sumó al paro en acto de solidaridad con sus compañeros de oficio. Actores de otros países expresan su apoyo a sus compañeros españoles en defensa de sus derechos laborales.
La huelga continuó en los siguientes días por el enroque del Sindicato vertical que negaba la representatividad a una renovada Comisión de los Once, ya integrada por las actrices Concha Velasco (), Ana Belén (
), Tina Sainz (
) y María José Alfonso (
). La tarde del sábado 8 de febrero fueron detenidas Tina Sainz, Enriqueta Carballeira (
), Rocío Dúrcal (
), Flora Álvaro (
) y Yolanda Monreal, junto con Jose Carlos Plaza (
), Pedro María Sánchez y Antonio Malonda, en el Teatro Bellas Artes, a donde acudieron para informar sobre la huelga al elenco de la compañía de Juanjo Menéndez que representaba Los Peces Rojos
Los arrestados, conducidos a la DGS por haber infringido la Ley de Orden Público, debían abonar fuertes multas si no querían ingresar en prisión y a Yolanda Monreal y a Antonio Malonda se les relacionó con los escritores Genoveva Forest y Alfonso Sastre, procesados por el sangriento atentado de ETA p-m en la cafetería Rolando de la calle Correo de Madrid de septiembre de 1974.
Roció Dúrcal fue la primera abandonar los calabozos de la DGS, actual sede de la Comunidad de Madrid, en la que medió la propia Lola Flores. Pedro Mari Sánchez y su esposa Flora Álvaro y Enriqueta Carballeira abonaron las multas y fueron puestos en libertad el domingo 9. El lunes 10 de febrero Tina Sainz y Yolanda Monreal fueron trasladadas a la cárcel de Yeserías, y José Carlos Plaza con Antonio Malonda a Carabanchel. Los actores reunieron el dinero suficiente para sacar de la cárcel a sus compañeros y el miércoles 12 salieron de la cárcel. Tina Sainz y Yolanda Monreal acuden al Sindicato, ubicado en la Cuesta de Santo Domingo, donde fueron vitoreadas y se produce una de las imágenes más icónicas de la huelga: la de Tina Saiz haciendo el signo de la victoria. Los teatros volvieron a levantar los telones ese mismo miércoles.
La huelga de los actores, protagonizada por las actrices, fue sin duda un hito fundamental en la lenta y sufrida lucha por las libertades en nuestro país. Ese mismo año se imprimieron dos libros que explicaban la huelga que paralizó el sector del Espectáculo en España. Ambos fueron prohibidos y sólo pudieron ser distribuidos en 1976. Se trata de los títulos: El espectáculo de la huelga. La huelga del espectáculo y La huelga de actores. Este último fue puesto bajo jurisdicción del Juzgado de Orden Público por su peligrosidad.