La documentación de la Chancillería deja entrever las circunstancias y condiciones en las que trabajaba el personal médico durante el Antiguo Régimen. Dentro de las posibilidades y limitaciones científicas y técnicas de la época, los profesionales médicos trataban de llegar a la mayor parte de la población, ya viviera en grandes ciudades o en zonas rurales, siendo reflejo también de una distribución demográfica totalmente diferente a la actual, con una población más repartida y la existencia de un gran número de villas de tamaño medio.
Por otra parte, la accesibilidad de gran parte de la población a los profesionales sanitarios, ya fueran médicos titulados, o sangradores y barberos, estaba garantizada por los concejos, observándose una mayor cobertura concejil en el siglo XVI con respecto a los siglos XVII y XVIII, de forma paralela a las épocas de auge y crisis de la Corona de Castilla. Esta suerte de atención primaria sanitaria garantizada por los concejos, se completaba con una red de hospitales, la mayor parte de pequeño tamaño, sustentados muchos de ellos también por los mismos concejos, instituciones eclesiásticas y patronatos particulares.
La mayor parte de pleitos de médicos conservados en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid van a tener como contraparte litigante a concejos. Los concejos fueron los principales contratantes de médicos para atender a su población, ya fuera de manera temporal o para epidemias concretas que pudieran afectar a una villa, o bien mediante contratos de larga duración, quedando adscrito así el médico en cuestión a la plantilla de oficiales del concejo, y constituyendo una suerte de médico de atención primaria embrionario. Así pues, la mayor parte de las ciudades y villas contaban entre sus plantillas con los servicios de un médico, además de los que actuaban por cuenta propia en las grandes ciudades y villas de tamaño medio.
Los pleitos ofrecen información sobre la forma de contratación de médicos por parte de los concejos y, precisamente entre las principales causas de litigio, destaca el incumplimiento de las cláusulas contractuales para las que los concejos les habían contratado, ya sea por la falta de desempeño de determinadas funciones de atención sanitaria, por la duración del contrato o por el cobro del finiquito una vez finalizado.
Por norma general, los contratos del personal médico que ofrecían las instituciones locales tenían una duración media de entre dos y cuatro años, y entre las condiciones ofrecidas por los concejos para atraer candidatos, destacaba la exención fiscal para el médico que aceptase la oferta.
Otra causa común de litigio era la falta de titulación de los médicos que desempeñaban su oficio en un determinado lugar, especialmente tras algún tipo de suceso desgraciado o de una actuación negligente relacionada con el tratamiento de los pacientes. Así, es posible encontrar, incorporado como prueba testimonial en una causa, el título de bachiller en Medicina expedido por algunos de los principales centros académicos de la época, como puede ser la Universidad de Salamanca.
Los pleitos por deudas contraídas por el impago de sus servicios son quizá los más numerosos dentro de los litigios en los que participan los profesionales médicos y se conservan en el Archivo. La gran parte de esta documentación evidencia dos factores:
Cuando los concejos eran los responsables de pagar un salario a los médicos que tenían contratados, para poder pagarles adecuadamente, lo más común es que cargasen directamente sobre los vecinos un impuesto llamado “de médico”, que se añadía al resto de pagos a los que los pecheros tenían que hacer frente, quedando reflejado así en los padrones. También se podía dar el caso de que los concejos obtuviesen el dinero para pagar a los médicos de forma indirecta, a través de un porcentaje de la venta de determinados bienes.
Otra forma de ganarse el salario por parte de los médicos era el cobro directo a los pacientes tratados, siendo también abundantes los pleitos mantenidos por los médicos con algunos particulares por el impago de sus servicios de atención sanitaria (tratamiento de enfermedades prolongadas, actuaciones de emergencia, curas, etc.).