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La lengua griega es el idioma indoeuropeo que tiene la historia documentada más dilatada, ya que abarca 3 400 años de registro escrito, y que ha ejercido una de las influencias más significativas en la tradición cultural europea.
Esta lengua llegó de la mano de migrantes indoeuropeos procedentes del mar Negro que se introdujeron por el norte de la península helénica hacia el 2 000 a. C. Sin embargo, los primeros testimonios escritos que se conservan del idioma griego son de la época micénica (s. XV-XII a. C), concretamente en el silabario conocido como Lineal B, un sistema de escritura plasmado en un conjunto de tablillas de arcilla que fueron descubiertas entre los restos de los palacios de Cnosos y Pilos.
Con la caída de la civilización micénica dejó de emplearse el Lineal B y se abrió paso la “Edad Oscura” (s- XII-VIII a. C), un periodo del que carecemos de testimonios escritos y en el que el griego se fragmentó en cuatro grandes grupos dialectales que se corresponden con su división geográfica: el jónico-ático (hablado en Atenas), el eolio (Tesalia, Beocia y Lesbos), el arcadio-chipriota (Arcadia, Peloponeso y Chipre), y el dorio (mayor parte del Peloponeso, islas dominadas por los dorios, sur de Italia y Sicilia).
Al mismo tiempo, al margen de la división dialectal geográfica, el empleo de los dialectos también se regía en función de las convenciones literarias, cuyo origen se encuentra con La Ilíada y La Odisea, los dos grandes poemas épicos atribuidos a Homero que se erigieron como el germen de la tradición literaria occidental. Así, los géneros poéticos de la épica, la elegía y el yambo se escribían en jonio, mientras que la poesía coral se manifestaba en el dialecto dorio.
Con todo, los dialectos griegos se desvanecieron con la extensión de una lengua franca empleada desde los territorios conquistados por Alejandro Magno: el griego común o koiné, formado sobre un dialecto ático desprovisto de sus arcaísmos característicos y con algunos vocablos del dorio y del jónico. La lengua koiné se impuso como lengua literaria en toda Grecia y llegó a constituirse en la nueva lengua de los textos bíblicos y en el idioma oficial del Imperio Bizantino, que evolucionaría con el tiempo hasta conformar el griego bizantino o el griego medieval.
Con la caída de Constantinopla en 1453 el turco se convirtió en la lengua oficial y el griego se mantuvo en una situación de diglosia. Por otra parte, con el Humanismo se recuperan los textos clásicos y resurge el conocimiento del mundo y de la lengua griega, de modo que se afianza su posición como base fundamental de la cultura occidental.
En el s. XIX Grecia se convirtió en un estado independiente y, con ello, el griego pasó a ser el idioma oficial de la península helénica y Chipre. Al haber pasado por un largo periodo de escasa producción escrita, fue necesario redefinir determinados empleos de la normativa y escoger entre una variante arcaizante fundada en la koiné o entre un griego más popular (dimotikí). Finalmente, el gobierno helénico se decantó por el griego demótico, que ahora forma parte de la amalgama lingüística de la Unión Europea.
Conserva una importante colección de documentos relacionados con la expansión de la Corona de Aragón en el Mediterráneo, que incluye manuscritos en griego. Estos documentos reflejan la presencia aragonesa en territorios como los ducados de Atenas y Neopatria , donde la Corona de Aragón gobernó durante el siglo XIV. También destaca la carta de Juan I a Juan Fernández de Heredia sobre un traductor de griego clásico
.
La documentación más común suele ser de carácter diplomático y administrativo y, ciertamente, la mayoría de este conjunto documental está redactado en latín, pero pueden encontrarse breves secciones en griego por necesidades comunicativas con las autoridades locales y la población de los territorios bizantinos.
Asimismo, recoge documentación redactada en griego procedente de las órdenes monásticas y militares presentes en sus territorios.
Por último, también destacan expedientes de investigadores originarios de Grecia interesados en la relación histórica entre la Corona de Aragón y Grecia.
Es fundamental la documentación del Consejo de Estado , el organismo del sistema polisinodial encargado de gestionar cuestiones de política internacional y entre cuyos fondos pueden encontrarse misivas de pobladores griegos
en las que solicitan mercedes e informan de los movimientos sociopolíticos de Europa oriental.
Por otra parte, también existen algunos vestigios de documentación griega de la sección de Secretarías Provinciales, dada la proximidad entre las comunidades de Grecia con el ducado de Milán y los reinos de Sicilia y Nápoles, especialmente este último, donde abundan noticias sobre las vicisitudes de la colonia griega en suelo napolitano.
Por último, no hay que desdeñar los expedientes de los investigadores procedentes de Grecia para conocer las relaciones entre Grecia y la monarquía hispánica, que tenían entre sus temas más consultados la amenaza que soportó toda la zona oriental europea por el Imperio Otomano.
Dentro del Archivo Histórico Nacional, y como continuador de los fondos simanquinos, la documentación del Consejo de Estado y la de sus sucesores, el Ministerio de Estado (1808-1936) y el Ministerio de Asuntos Exteriores son las que ofrecen mayor volumen de documentación.
Curioso es que una de las piezas más importantes de este archivo, el célebre Beato de Tábara , contiene palabras residuales en griego.
Por otra parte, el fondo de Consejo de Inquisición contiene varios procesos de fe y expedientes de censura .
Finalmente, los expedientes de investigadores de Grecia son otro ejemplo de la lengua griega presente en el AHN.
Sin duda, los fondos del Ministerio de Asuntos Exteriores contienen la documentación más valiosa para conocer las relaciones internacionales entre ambos países: tratados de paz, correspondencia, documentos protocolarios, consulados, etc.
La nobleza solía contar con una alta formación cultural que incluía el estudio de la lengua griega. En este contexto cabe destacar algunas hojas de reglas ortográficas o los programas de estudio de dicha lengua que fueron conservados por los condes de Toreno .
Para aquellos casos en los que la nobleza recibía condecoraciones destacan los documentos expedidos por los monarcas griegos, como los relativos a la Orden Real del Salvador de Grecia que se conservan en el fondo del condado de Toreno .