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Mª del Carmen Ibáñez Ibáñez fue una pedagoga musical pionera en España. Además, realizó una gran labor de recopilación, investigación y difusión del folklore de su tierra, a través de sus composiciones corales y sus canciones para voz y piano. Tuvo buenos maestros, como José Tragó
, por lo que se la podría encuadrar en la llamada escuela chopiniana, como Manuel de Falla
o Joaquín Turina
y otros grandes músicos. Lo que hace muy interesante su trayectoria profesional es que fue muy variada, pues ejerció de pedagoga, maestra de escuela, compositora, inventora, investigadora, folklorista y directora musical. Estuvo trabajando, estudiando e investigando hasta sus últimos días.
Carmen Ibáñez nació en Mula (Murcia) en agosto de 1895. Su madre, Carmen Ibáñez Abellán , que era profesora de Escuelas Especiales y había estudiado piano, fue su primera maestra musical. Su padre, José Mª Ibáñez Ruiz
, era magistrado destinado en Mula como juez de instrucción. Tras la muerte de éste, la familia se trasladó a Murcia por razones laborales.
En 1920, cuando tenía 25 años, contrajo matrimonio con Luis María Sánchez Jiménez, perito agrícola, y fueron padres de cuatro hijos. Su formación y vida académica se repartió entre Murcia, Madrid y Albacete. Llegado el momento, y por motivos profesionales, Ibáñez se trasladó e instaló de manera definitiva con su familia en Albacete. Entre varias distinciones, cabe señalar que en 1956 recibió el reconocimiento de ser la séptima profesora especial de música con más antigüedad en España, tras más de cuarenta y tres años dedicados a la docencia.
Como autora, escribió algunas piezas religiosas, para baile, para piano y, sobre todo, numerosas canciones y piezas corales que compuso a partir de las recopilaciones que realizó del folklore manchego. Tras una larga enfermedad, falleció en enero de 1962 en Albacete a la edad de 66 años.
El primer contacto de Carmen Ibáñez con la música fue a los 7 años, cuando sus padres le regalaron un piano. Poco después, cuando la familia ya se había trasladado a vivir a Murcia, comenzó a estudiar canto con Antonio Ramírez Pagán y piano con el maestro Pedro Muñoz Pedrera, en la Academia de Santa Cecilia.
Gracias a esta primera formación, accedió como alumna libre al Real Conservatorio de Música y Declamación de Madrid . Tenía tan sólo 12 años. Entre 1907 y 1910 cursó solfeo, piano y armonía, obteniendo calificaciones de sobresaliente en casi todas las materias. Su catedrático en Armonía fue Valentín de Arín
, autor de un método fundamental durante todo el siglo XX. Perfeccionó su formación, como decíamos arriba, con el pianista y compositor José Tragó
, quien había estudiado en París con Georges Mathias, uno de los discípulos predilectos de Federico Chopin
. De ahí la relación de Ibáñez con la escuela chopiniana.
Durante estos años, compaginó su formación y estudios con la participación en concursos y certámenes, como los celebrados en el Círculo de Bellas Artes de Madrid . En concreto, en 1909 acudió a uno para menores de 15 años, en el que fue la única mujer que se presentó, al lado de alumnos aventajados del Conservatorio, y obtuvo un segundo premio de piano. Durante su etapa madrileña, y después en Murcia y Albacete, se ganó la vida tocando con grupos orquestales o dando recitales como solista. Esta circunstancia le permitió coincidir con otros músicos destacados de la época.
A pesar de las dotes musicales de Carmen Ibáñez para la interpretación y de su brillante expediente académico, las posibilidades que tenían las mujeres entonces para dedicarse de manera profesional a la música eran muy limitadas. Así que, en 1915, se trasladó a Murcia junto con su madre y, como ella, comenzó a dedicarse a la docencia. Allí obtuvo plaza como profesora auxiliar de música en la Escuela Normal de Maestras de Murcia . Ejerció en este centro hasta que dos años más tarde, en 1917, cesó para tomar posesión como profesora especial de música en la Escuela Normal de Maestras de Albacete
, plaza a la que se había presentado un año antes. Por este motivo se marchó con su familia a vivir de forma definitiva a la ciudad de Albacete. Este puesto de profesora lo compaginó durante un año con el de la Secretaría del centro a propuesta del Claustro.
Lo cierto es que, aunque no fuera de manera profesional, Carmen continuó participando en certámenes, concursos y recitales; como por ejemplo el Concurso Nacional de Música del Círculo de Bellas Artes de Madrid, celebrado en noviembre de 1919, donde ganó el Primer Premio Extraordinario. Incluso en su nueva ciudad, desde el primer momento, estuvo presente en todo tipo de eventos musicales, como los celebrados en el Casino Primitivo y en el Círculo de Bellas Artes de Albacete, del que fue nombrada Asesora Musical. Fue precisamente en unos de estos recitales donde conoció a quien sería su marido, Luis María Sánchez, que tocaba el violín. En 1926 fundó y dirigió el Orfeón Escolar Albacetense, integrado por alumnos y exalumnos de las Escuela Normal de Albacete.
Además de los campos profesionales de la educación, la interpretación y la composición, en la trayectoria de Ibáñez también estuvo presente la investigación, del folklore y de métodos pedagógicos para mejorar la enseñanza de las materias que impartía. Fruto de todo ello fue la elaboración y publicación de diferentes trabajos, con los que quiso transmitir lo aprendido en sus investigaciones, así como tratar de enriquecer y mejorar la propia labor de la docencia. Las recopilaciones llevadas a cabo la llevaron incluso a desplazarse a recónditas aldeas para oír canciones populares, pregones de artesanos, jotas, seguidillas, etc. de los habitantes de esos lugares.
Entre sus obras podemos destacar las siguientes:
Este último trabajo fue publicado por la Diputación Provincial de Albacete, cinco años después del fallecimiento de la autora; en la segunda edición (1984) se incluyó un prólogo sobre cuestiones etnomusicológicas que había redactado Carmen Ibáñez en 1952, cuando se había propuesto publicarlo.
Como última faceta a resaltar de esta pionera universitaria está la de inventora. Carmen Ibáñez fue la creadora del llamado “Rigo - Móvil Ibáñez” , un aparato ideado para enseñar de forma sencilla, intuitiva y, sobre todo, práctica, tanto música en general como solfeo en particular en las escuelas primarias. Con esto se demuestra de nuevo la importancia que para ella tuvo siempre la pedagogía y el saber iniciar a los alumnos más pequeños en la música. Fue un compromiso que mantuvo durante toda su vida profesional.
Este aparato, del que se conserva un prototipo en el Museo de la Universidad de Santiago de Compostela, sito en la Facultad de Pedagogía, fue adoptado oficialmente en el Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos de Madrid y en el Conservatorio de Música de La Habana (Cuba).
El expediente completo de la solicitud de patente presentada por Mª del Carmen Ibáñez del Rigo-Móvil Ibáñez, que ella misma definió como "aparato para enseñanza intuitiva de la música en las escuelas", se conserva en el Archivo Histórico de la Oficina Española de Patentes y Marcas:
Expediente Personal de Mª del Carmen Ibáñez Ibáñez
Expediente Personal de Mª del Carmen Ibáñez Ibáñez, conservado en el Archivo de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). La documentación procede de la Escuela Universitaria del Profesorado de Educación General Básica de Albacete, centro en el que estuvo inscrita.
Noticias sobre Mª del Carmen Ibáñez Ibáñez
Pequeña recopilación de noticias sobre Mª del Carmen Ibáñez Ibáñez aparecidas en la prensa de Albacete:
📖"Cancionero de la provincia de Albacete: colección de canciones recogidas de la voz popular" , de Mª del Carmen Ibáñez Ibáñez (Albacete, 1984). Editado por la Diputación Provincial de Albacete.