El nacimiento de la Universidad en Europa

a aparición de las universidades fue uno de los fenómenos culturales más relevantes de la Edad Media europea. Nacidas a lo largo de los siglos XII y XIII, surgieron en un contexto de maduración cultural, de desarrollo y renacimiento urbano, y gracias al nacimiento de nuevos grupos sociales como la burguesía.

Hasta ese momento, la docencia superior se había desarrollado en otros ámbitos muy vinculados al espacio religioso. Las escuelas monásticas, las escuelas episcopales y, también, aquellas promovidas por los municipios, habían sido lugares de intercambio y transmisión de los saberes. No podemos olvidar, además, las escuelas de traductores, fundamentales para la conservación de los saberes clásicos.

Las primeras universidades europeas fueron las de París, Bolonia y Oxford , y poco a poco irán siendo una realidad en gran parte del continente europeo. En la Península Ibérica también surgirán los primeros centros universitarios en el siglo XIII. Desde un punto de vista cronológico, el primer Estudio General se funda en la ciudad de Palencia en el año 1208. Este centro, a pesar de contar con el apoyo real, tuvo una corta existencia. Distinto fue el caso de Salamanca, donde encontramos un Estudio que funcionaba hacia 1218 y que, posteriormente se consolidaría gracias, entre otros aspectos, al apoyo regio, fundamentalmente por parte de Fernando III y Alfonso X . En el caso de la Corona de Aragón, las primeras fundaciones universitarias corresponden a Valencia y Montpellier .

Fueron precisamente esas escuelas episcopales y municipales, insertas en el mundo urbano, las que se convirtieron en base fundamental para el surgimiento de las universidades. Estos nuevos centros nacen fruto de la asociación entre estudiantes y profesores para la defensa de sus intereses comunes y, desde el inicio, van a contar con el apoyo pontificio. El papado va a ver a las universidades como aliadas fundamentales para el combate de los movimientos heréticos y, también, para la defensa de sus intereses en la pugna con los poderes laicos: con especial incidencia en los estudios teológicos, pero también en aquellos de naturaleza jurídica (derecho canónico, principalmente), estos centros fueron el espacio de formación para la burocracia pontificia. De ahí que se les concediera protección y privilegios.

Las autoridades civiles verán pronto también el potencial de estas instituciones educativas y promoverán la creación de nuevos centros.

Desde su surgimiento, las universidades se han visto atravesadas por los distintos cambios políticos, sociales y culturales. Criticada en ciertos momentos por su carácter inmovilista, y habiendo compartido con otras instituciones las funciones educativas y de transmisión del saber, la Universidad ha sido, siempre, una institución fundamental para comprender la historia intelectual en Occidente.