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En un micrositio dedicado a las pioneras en las aulas universitarias no podía faltar una referencia, aunque sea somera, a la importancia de los Archivos Estatales para la construcción de una historia de la universidad desde una perspectiva femenina.
AHNOB,VILLAGONZALO,C.95,D.45
Carta en que se comunica el nombramiento de Manuela Jacoba Dávalos como colegiala en el Colegio de Doncellas Nobles de Toledo
AHN,CONSEJOS,868,Exp.13
Expediente relativo a María Felipes, maestra de la escuela de niñas pobres del barrio de Mira el Río en Madrid, que solicita se le expida el título de Maestra de Niñas
BDE,FEV-SV-G-00087 (15)
Real Cedula por la qual se manda observar en Madrid el Reglamento para el establecimiento de escuelas gratuitas en que se dé educacion á las niñas (Biblioteca del Banco de España)
La formación de las niñas en rudimentos de escritura y lectura no se limitó a estos ámbitos más específicos, y así, la documentación del Consejo de Castilla en el siglo XVIII nos remite a la creación de escuelas de niñas donde las maestras, además de esos saberes básicos, las orientaban al aprendizaje de otras labores consideradas entonces propias de su sexo. Encontramos casos igualmente interesantes en tierras de señorío nobiliario, como fue el caso de la villa de Béjar
donde también se admitían niñas.
Antes de que las pioneras accediesen a las aulas universitarias, existieron instituciones y espacios propicios a la educación femenina. No es éste el lugar para desarrollar el importante papel que jugaron dichos espácios, por ejemplo, los conventos y monasterios femeninos en la alfabetización y participación de las mujeres en la cultura escrita. Pero sí que podemos mencionar ciertas instituciones que procuraron, junto a la formación moral y espiritual de las mujeres, el aprendizaje de algunas labores manuales y una somera alfabetización. Es el espíritu que presidía, por ejemplo, la fundación del Real Colegio de Doncellas Nobles , promovido por el cardenal Silíceo
para la formación de jóvenes doncellas con la vista puesta en su posterior matrimonio y maternidad.
AHNOB,OSUNA,C.260,D.91
Disposiciones y régimen que Juan Manuel López de Zúñiga Mendoza Sotomayor, XI duque de Béjar, da para el buen gobierno de los Colegios de niñas pobres y huérfanas que fundó dicho duque en la villa y tierra de Béjar (1725)
AHNOB,OSUNA,C.260,D.91
Reglamento del Colegio de Niñas Educandas fundado en Béjar (Salamanca) por Joaquín Diego López de Zúñiga Sotomayor, XII duque de Béjar, otorgado por María Josefa Pimentel Téllez-Girón, XII condesa-duquesa de Benavente y XIII duquesa de Béjar (1788)
El curioso precedente de María Isidra de Guzmán , la doctora de Alcalá, no marcó un antes y un después en el acceso de la mujer a la enseñanza universitaria, pero sí que nos permite aludir a aquellas mujeres que, imbuidas por el espíritu ilustrado, abogaron por una mejor formación moral e intelectual de las mujeres. En este sentido, es preceptivo mencionar la figura de Josefa Amar y Borbón
, pero también la importancia de instituciones como la Junta de Damas de Honor y Mérito
, que llevaron a la práctica algunos de estos principios ilustrados mediante la gestión de instituciones benéficas y caritativas como la Real Casa Hospital de Niños Expósitos de la Inclusa
, conocida coloquialmente como la Inclusa madrileña.
AHN,UNIVERSIDADES,557,Exp.14
Notificación a la Universidad de Alcalá para conferir el grado de doctora en Filosofía y Letras a Dña. María Isidra Quintina de Guzmán y la Cerda, copia del título académico, y cartas del claustro para que felicite a los reyes con motivo de su subida al trono de España, en nombre y como diputada de la universidad
AHN,CONSEJOS,5532,Exp.107
Licencia de impresión y venta de la obra "Discurso sobre la educación física y moral de las mujeres" solicitada por su autora Josefa Amar y Borbón
El acceso a las aulas universitarias de las mujeres se produjo, no sin problemas, a lo largo del siglo XIX. Casos como el de Concepción Arenal , que hubo de vestirse de hombre para asistir, aunque fuera sin reconocimiento académico ninguno, a las clases de Derecho en la Universidad Central de Madrid, nos muestran la realidad a la que tuvieron que enfrentarse aquellas mujeres que querían acceder a estudios superiores.
Poco a poco y contando con el permiso explícito de las autoridades universitarias y docentes, las mujeres fueron accediendo a las aulas. Las pioneras cursaron así estudios de aquellas ramas que se consideraban en esa época más cercanas a las labores propias de su sexo: Medicina o Farmacia. Precisamente la documentación del Ministerio de Instrucción Pública que custodia el Archivo General de la Administración
es fundamental para entender los procesos administrativos que tuvieron que enfrentar para recibir la docencia. Casos como los de Elena Maseras
y, posteriormente, Dolores Aleu
y Martina Castells
nos remiten, igualmente, a las dificultades para la obtención del máximo grado académico por parte de estas mujeres.
Junto a estas enseñanzas universitarias sí que podemos mencionar otros ámbitos en los que estuvieron muy presentes y que fueron una vía para la consecución de estudios superiores: magisterio y enfermería.
AHN,UNIVERSIDADES,1551,Exp.7
Expediente personal de María Elena Maseras Ribera, Universidad Central, Facultad de Medicina
AHN,UNIVERSIDADES,1272,Exp.7
Expediente académico de Dolores Aleu Riera, alumna de la Facultad de Medicina de la Universidad Central
BDE,FEV-SV-G-00087 (15)
Real Cedula por la qual se manda observar en Madrid el Reglamento para el establecimiento de escuelas gratuitas en que se dé educacion á las niñas
En 1910 se produjeron dos hitos fundamentales para allanar el camino de las mujeres a los estudios universitarios. Por un lado, la Real Orden de 8 de marzo de 1910 del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes autorizaba el acceso de las mujeres a la Universidad en igualdad de condiciones que los hombres. Por otro, la Real Orden de 2 de septiembre de 1910 concedía validez profesional al título universitario de las mujeres para los puestos que dependían del mencionado Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Estos dos hechos no solo facilitaban el acceso de las mujeres a las aulas, sino que también supusieron un cambio significativo en la elección de carreras universitarias, con un creciente número de estudiantes femeninas en las facultades de Filosofía y Letras.
Fondos como el del Instituto Cardenal Cisneros , custodiado en el Archivo Histórico Nacional
, nos permiten observar esta tendencia creciente, ya que muchos de los bachilleres del centro acabaron pasando por las facultades universitarias, un hecho que queda reflejado en sus expedientes personales. Los fondos del Ministerio de Instrucción Pública y de las posteriores entidades ministeriales nos permiten hacer estudios prosopográficos de las mujeres universitarias, tanto en su faceta como estudiantes, como la profesional. Además de los cuerpos docentes universitarios, donde su llegada será tardía y muy paulatina, algunas mujeres universitarias tuvieron carreras vinculadas a la docencia en grados medios, y a la administración general del Estado. Relevante es, por ejemplo, el importante peso que adquirieron en algunos Cuerpos específicos como el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos
.
Real Orden de 8 de marzo de 1910 por la que se autoriza el acceso de las mujeres a la enseñanza superior.
AHN,UNIVERSIDADES,3002,Exp.15
Expediente académico de María de las Nieves Quiroga Pardo-Bazán, alumna del Instituto Cardenal Cisneros (Madrid)
Real Orden de 2 de septiembre de 1910 por la que se habilita a las mujeres que estén en posesión de títulos universitarios a optar a puestos de trabajos relacionados con el Ministerio de Instrucción Pública.