El retrato femenino fue un subgénero muy cultivado desde los tiempos pioneros de la fotografía. Solas o en grupo, la mujer cobra fuerza en un mundo patriarcal donde se les concede el papel de joven casadera, madre, viuda o monja. Así aparecen representadas, destacando su belleza, serenidad o la plenitud de su maternidad. Salto de línea Salto de línea De medio cuerpo o de cuerpo entero, el retrato femenino es protagonista absoluto de muchas fotografías antiguas. La personalidad de las fotografiadas era muy heterogénea: desde un artista de teatro o cabaret a toda una aristócrata, pasando por matronas y ancianas, todas han dejado su rastro documental en sepia que ahora rescatamos para documentar nuestro pasado.