2018 es el Año Europeo del Patrimonio Cultural. El patrimonio cultural da forma a nuestra vida cotidiana. Nos rodea en las ciudades, los municipios, los paisajes naturales y los yacimientos arqueológicos. No solo se encuentra en la literatura, el arte y los objetos, sino que también está presente en los oficios que aprendemos de nuestros antepasados, las historias que contamos a nuestros hijos, los alimentos que consumimos y las películas que vemos y en las que nos vemos reflejados.
España, país de reconocida riqueza patrimonial se adhiere y celebra esta proyecto Europeo participando en él activamente. Aunque el Año Europeo del Patrimonio Cultural es una iniciativa con un plazo limitado en el tiempo supone una oportunidad para promover el debate en torno a nuestras raíces, valores y futuro como europeos, destacar la importancia de nuestra cultura común y poner de relieve lo que la UE y sus Estados Miembros pueden hacer a través del patrimonio cultural.
No sólo en los ámbitos de la conservación, la digitalización, las infraestructuras, la investigación-innovación y el desarrollo de capacidades, sino también en otros como la economía y el empleo, la inclusión y la cohesión social, las relaciones con terceros países, el medioambiente, el turismo sostenible, la identidad y el desarrollo local.