¿Y si hubiera un tratado de tauromaquia anterior al de Pepe Hillo que ha permanecido oculto hasta nuestros días?...
Con esta atractiva premisa la tercera edición de ‘El Podcast de la FTL’, El Tratado de la luna llena, plantea una serie de ficción a través de la cual el oyente podrá conocer diversas cuestiones relacionadas con el mundo taurino, como la importancia de los Tratados en la historia de la Tauromaquia, el toro en el campo, el funcionamiento de las ganaderías, el toreo a caballo, argumentos a favor y en contra de la fiesta o cómo la tauromaquia contribuye a la fijación de población en la España rural…
Proyecto financiado por el Ministerio de Cultura y Deporte.
En este primer episodio, Marta, protagonista de esta ficción halla en la Biblioteca Nacional un apunte marginal –Tratado de Tauromaquia– en el inventario de los libros que un burgués botánico se lleva a América con fecha de 1792. Recuerda lo “pesado” que se ponía su padre contándole la historia del toreo y la fecha del tratado de Pepe Hillo. Reflexiona sobre la hipótesis de que este tratado mencionado exista y sobre el concepto de verdad.
En el reservado de un restaurante la alcaldesa Rosa Hernández, el catedrático Roberto Saavedra y el empresario Francisco Gómez planean los últimos flecos de un gran proyecto urbanístico cuya construcción pretenden iniciar antes de las elecciones.
Por su parte, Marta encuentra una carta fechada en 1793 con nuevos indicios sobre el tratado perdido y acude a la finca de su amiga de la infancia, la ganadera Carolina Mendoza de Utrillas. “¿Quieres cambiar 200 años de historia?”. “Quiero la verdad”.
Saavedra llama a Marta a su despacho en la revista de historia que dirige. Parece tranquilo haciendo caligrafía sobre un cuaderno. A la luz de las pesquisas que Marta le actualiza, la conversación pronto deriva en una amenaza de despido si no detiene su investigación y se centra en el trabajo del próximo número de la revista “Hisberia”, que tiene abandonado.
Ella, por su parte, continúa con su investigación y acude al hotel donde se hospeda el torero Jacinto de Huelma, que le permite presenciar el rito de vestirse de luces. Saliendo de la habitación hacia la furgoneta con toda la cuadrilla ya esperando y la gente deseándole lo mejor, su apoderado, Miguel Espino, aparta a Marta a la salida del ascensor: “Déjalo tranquilo”.
En una carpa levantada sobre el coso, el empresario Francisco Gómez presenta el cartel y la venta de abonos de la próxima Feria de Primavera, donde como cabeza de cartel el día grande se encuentra Jacinto de Huelma con toros de la ganadería Mendoza de Utrillas. En la rueda de prensa posterior, Manuel Pereira, periodista antitaurino, realiza una pregunta incómoda sobre los negocios de Francisco Gómez con Rosa Hernández, alcaldesa de la ciudad.
Marta, por su parte, se cita con Manuel Pereira en una plaza pública de la ciudad. Tras la mutua desconfianza inicial porque él es antitaurino y ella no, que los lleva a teorizar sobre las posiciones antitaurinas actuales, tratan de ordenar las piezas. Marta aún no entiende qué relación tiene su investigación sobre el tratado con las altas esferas; la alcaldesa y el empresario, que investiga Manuel. Ninguno puede demostrar nada pero ambos sospechan. “Algo turbio se cuece”.
Marta acude al Archivo de Indias en Sevilla para proseguir su investigación. Encuentra otra carta donde el burgués botánico le cuenta a su amigo: “Creo que podremos publicar el tratado aquí en Nueva España. Ambos estamos muy contentos”. También halla la relación de los viajeros que el barco María Virtudes transportaba, en los expedientes de la Casa de Contratación. Por primera vez Marta se plantea quién será el acompañante del burgués botánico y su papel en esta historia. Salto de línea Salto de línea En una cafetería, Saavedra y Francisco Gómez hablan de sus mutuos problemas (Marta y Manuel Pereira), que han sido visto juntos. Gómez considera que son el mismo problema, quiere darles un susto como advertencia. Saavedra, por su parte, dice que ya se ha adelantado alejando a Marta de una forma sutil, sin brutalidad ni dejar huellas. Salto de línea Salto de línea Marta y Manuel se levantan de la cama en un hotel sevillano. Este le pone unas declaraciones de la alcaldesa Rosa Hernández en su grabadora en las que comenta: “la necesidad de reconocer la importancia de la tauromaquia en nuestra cultura y patrimonio como españoles con algo más que subvenciones”. Ambos hablan sobre el papel y el significado del toro en la España vacía.
Marta encuentra la tercera y última carta en el Archivo de Indias en la que Eduardo anuncia el fallecimiento de su esposa Carmen Antonia y teme que pronto el suyo, además de relatar brevemente su periplo hasta llegar a México. Marta, que por fin tiene el nombre de su acompañante, elucubra sobre la posibilidad de que el tratado fuera escrito por una mujer. Ella reflexiona sobre el papel de la mujer en la tauromaquia desde Creta hasta nuestros días.
Jacinto de Huelma entrena en la finca de Carolina Mendoza. Hablan sobre Marta, la verdad y la pureza mientras torea de salón. Él duda sobre torear en la Feria de Primavera. Ella habla de los valores de la familia como lo único importante. “Parece que esta noche habrá luna llena”.
Marta investiga la genealogía de la lista de viajeros en el Archivo Histórico Provincial de Cádiz sin obtener resultados relevantes sobre líneas de parentesco actuales. Busca también al amigo que remite las cartas Eduardo Pérez. Ambas líneas se cierran.
Saavedra llama a Marta para preguntarle cómo va por Nueva York. Ella está en el aeropuerto, sí, pero no en Nueva York sino que acaba de aterrizar en México.
La rejoneadora retirada, Ángela Biedma, antigua amiga de su padre, recibe a Marta en las cuadras de su casa de campo y diserta sobre la bondad del caballo, el estilo del toreo caballeresco, dónde y por qué se mantiene. Seguidamente, hay una pequeña recepción con personalidades del ámbito taurino, consular, empresarial, etc. Quieren conocer su investigación, pero ella no cuenta mucho. Conoce a Jorge Santa Cruz, torero lesionado de gravedad durante su alternativa que tuvo que abandonar la profesión. Ángela Biedma llama a Francisco Gómez, amigo personal de su marido, empresario a su vez de plazas mexicanas: “ella está aquí, ¿qué quieres que haga?”.
Marta visita un archivo mexicano en busca de una posible descendencia de Eduardo Pérez y Carmen Antonia. Rastrea la empresa familiar que se mantuvo hasta la independencia de México por si hubiera alguna pista en el catastro. Visita la dirección de su antigua casa convertida ahora en bloque de apartamentos. Acude al cementerio español para ver las tumbas. Todo acompañada de Jorge Santa Cruz que le cuenta cómo es la fiesta en México y cómo fue su carrera.
La rejoneadora Ángela Biedma habla por teléfono con Gómez desde las cuadras. Le actualiza los movimientos de Marta porque tiene un detective siguiéndola para apropiarse de su información y apuntarse los méritos de encontrar el tratado. Gómez le pide que la retenga en México, que ya se le ocurrirá qué hacer con ella.
Marta busca la biblioteca del botánico Eduardo Pérez en México. Seguir los libros es su última esperanza. Llama a anticuarios, busca en lotes de subastas y en bibliotecas sin obtener nada. Le reconoce a Santa Cruz que está en un callejón sin salida, que no hay más pistas. Santa Cruz deja caer que solo queda firmar a un lado y marcharse. Ella rápidamente coge al vuelo la idea y concluye: “Rápido al aeropuerto”.
En el Ayuntamiento se presenta la Ciudad del Toro con un vídeo promocional. Rosa Hernández, flanqueada por Saavedra y Francisco Gómez, detalla las razones del proyecto y su retorno económico y social. El periodista Manuel le manda audios a Marta, quien está en el avión con el teléfono desconectado. Gómez se dirige a Saavedra: “tu ahijada está en México no en Nueva York. Ya no podemos ser sutiles, amigo”.
Por la tarde, en el día grande de la Feria de Primavera, Jacinto de Huelma desafía a la parroquia y las autoridades sin banderillas ni picadores, al estilo de la primera tauromaquia, como su intuición le dicta. Incluso torea con la mano desnuda. La pitada es monumental aunque la faena es de triunfo. La ganadera Carolina reflexiona sobre la afición y la tradición mientras se le escapa una lágrima.
Manuel recoge a Marta en coche en el aeropuerto. Hablan del proyecto Ciudad del Toro y especulan con el papel de cada uno en la trama. Marta le espeta: “el tratado está aquí, siempre lo estuvo, pero, ¿por qué ocultarlo?”
El apoderado Miguel Espino visita a Jacinto de Huelma en la cárcel. Indultó al toro personalmente, sin aprobación del presidente.
En el domicilio de Saavedra, Marta destapa todo el caso. Discuten sobre el valor de la verdad, sobre los peligros de un libro así y especulan sobre lo que podría haber supuesto esta tauromaquia para la fiesta. Reconstruyen todo el caso mientras las sirenas de la policía se aproximan a la casa de Saavedra.
Marta visita en el cementerio la tumba de su padre y le habla de cómo un libro puede cambiar la historia, como él siempre decía, aunque ella no pensaba que fuera a ser un tratado de tauromaquia.