Número de inventario: 7522. Salamanca.
Madera. 25,5 x 22 cm.
Este objeto era y sigue siendo muy común en todas las cocinas de nuestros hogares. De realización bastante simple, sólo se compone de dos tablas unidas que forman un ángulo recto, se colgaba en la pared para dejar elementos o condimentos que se usaran con frecuencia y que convenía “tenerlos a mano”, mejor que guardados y buscarlos cada vez que se necesitaran. Aparte, daban un toque decorativo a la sala, porque como es el caso se decoraban con relieves, colores y se adornaban por los bordes con alguna técnica simple.
La decoración de esta repisa basada en una composición triangular, presenta a un dragón bastante alegre en el centro y un perro con las patas delanteras levantadas, a cada lado.
El dragón siempre ha sido considerado como un animal fabuloso al que se le han atribuido elementos de otros animales. Así lo describe el Diccionario de la Biblia: “un animal fabuloso y monstruoso, que la imaginación de los antiguos había compuesto con la ayuda de elementos tomados de la constitución de diferentes animales feroces” (X. R. Mariño Ferro, 1996: 426).
Relacionado con perros lo encontramos en la descripción del can Cerbero, ya que éste tenía tres cabezas de perro, cola de dragón y lomo de serpiente.
Pero en esta repisa lo encontramos en una actitud que nada tiene que ver con lo anterior: bailando, con las alas hacia arriba y animado por los perros.
Debajo hay una inscripción que se lee con dificultad, pero en la que aparece una fecha: “E C P TUR E REUSO MTVT AÑO 1889”.
VSC