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Recogedor

Recogedor

Número de inventario: 4693. Santander (Cantabria).

Madera, sarmiento. 40 x 36,5 cm.

Seguramente la pieza servía para recoger las boñigas de los animales durante la trilla, con el fin de evitar que manchara la mies que se estaba desgranando. En otras ocasiones se llevaba una lata o cualquier otro recipiente con el mismo fin. A pesar de que la trilla es una labor que adormece, por su reiteración, había que estar atento a las actuaciones de los animales. También se ha recurrido a recoger la que dejaban al pasar por las calles y aprovecharlas como abono para la tierra. Éstas no se utilizaban directamente, sino que necesitaban un proceso de secado, para evaporar el líquido de dicha materia y convertirlas en polvo. El secado se hace extendiendo la materia al sol y al aire, y removiendo de vez en cuando con un rastrillo. Así, se endurece y queda como tierra seca y polvorienta. En tres o cuatro días se seca y se coloca bajo cobertizos con aberturas y ventanillas llenándolos hasta el techo y allí se recalientan y sufren una fermentación lo que le hace alcanzar una temperatura muy alta. Cuando el calor va bajando se pasa por un molino y se hace polvo.

El aprovechamiento de fibras vegetales para usos como el atado, la recolección o conservación de frutos, está vinculado al hombre desde que éste comenzó a aprovecharse de los recursos naturales. Eran las mujeres las encargadas de realizar los enseres domésticos en casa, mientras el hombre se movían en radios de acción más amplios. Aunque en la actualidad lo trabajan más lo hombres.

La pieza tiene forma cónica con un mango en el vértice. El mango se ha abierto en 23 radios, en los que se ha entretejido con técnica de trama cordada, varas de sarmiento. La técnica cordada es de las más corrientes, consiste en entrelazar por elementos fijos y perpendiculares dos o a veces tres elementos móviles, por encima y por debajo, que atándolos entre si forman una pequeña cuerda por torsión. (C. Alfaro Ginér, 1984: 159).

VSC

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