Número de inventario: 15126. Isaba (Navarra).
Hierro, madera, lana. 28 x 13,5 x 4,7 cm.
La presencia de este tipo de herramienta es una constante en las excavaciones arqueológicas desde época prerromana. Esta realidad permite comprobar el mantenimiento de algunos tipos, así como la aparición de otros nuevos o ciertas modificaciones; las tijeras de muelle, con dos hojas unidas por una zona curva que las aleja en su posición natural, son muy comunes en los citados yacimientos, así como en los de época romana. Junto a éstas, las tijeras con anillas conviven hasta que el trabajo del esquileo se mecaniza, cosa que ocurre en el primer cuarto del siglo XX a través de máquinas movidas con fuerza humana y más tarde con esquiladoras eléctricas.
En alguna localidad –en concreto en La Coronada (Badajoz)– los tipos formales se adscribían a contextos culturales y, de este modo, había tijeras “españolas” y “portuguesas”, siendo las primeras de hojas más rectas y anillos circulares, mientras que las segundas se caracterizaban por hojas más curvas y anillas arriñonadas.
Asimismo, existían tamaños en función de la pericia del esquilador; los aprendices empezaban con las de pequeño tamaño, hacia los 13-14 años, pudiendo durar su período de aprendizaje unos cuatro o seis años. La organización de las cuadrillas de esquiladores, normalmente con un carácter itinerante, enlaza con la importancia del esquileo mesteño y nos habla de un grupo jerarquizado, mandado por un capataz que, en el siglo XIX, Manuel del Río denominaba “capitán de tijeras”. Un análisis de estos grupos, centrado en la serranía de Guadalajara, se puede ver en el trabajo de M. R. Nuño Gutiérrez (1990).
Estas tijeras están fabricadas en Nájera (La Rioja) como indican los sellos que aparecen en sus hojas: “Najera C.P. Logroño.”
JLMC