Número de inventario: 11021. Lugo.
Hierro. 102 x 32 cm.
Esta pieza es un rastrillo para pesca al que le falta el mango de madera. El rastrillo se inserta en un sistema de pesca artesanal de recogida de moluscos en las playas, tanto desde tierra, cuando bajan las mareas, como desde una embarcación a poca profundidad, donde el rastrillo se arrastra por el fondo. Normalmente estas piezas son de madera a excepción de las púas de hierro, aunque hay una gran variedad de rastrillos y distintas formas de llamarlo según la zona geográfica. Parecidos a los rastrillos son los rastros, muy utilizados en Galicia para la pesca de la almeja y berberecho. Tienen una armadura triangular con los dientes en la base. Sobre la armadura llevan una bolsa que puede ser de red metálica o de malla, aunque hoy son de red sintética, donde va quedando acumulada la pesca. Una variación del rastro es el angazo, que se caracteriza por ser todo el armazón de madera y por ser el instrumento de captura de la ostra (M. S. de la Cueva Sanz, 1990, 21-23).
No podemos dejar de citar a piezas muy similares a estas, utilizadas para la pesca por ensarte; son las llamadas fisgas o arpones, fítoras y francados, en Galicia. Se utilizan también desde embarcaciones a poca profundidad, a veces ayudados por un espejo, para visualizar mejor el fondo o también a pie desde tierra. Las especies que se capturan con estos instrumentos son especies planas como los lenguados, rayas y sollos. También se usan para la sepia y la lamprea (F. Eiroa del Río, 1986: 37). Se trata de instrumentos de pesca que apenas han variado desde la antigüedad; basta pensar en la iconografía del Neptuno de la mitología clásica. De todas formas, y especialmente en el caso de los instrumentos de pesca por ensarte, cada vez están más en desuso (F. Eiroa del Río, 2002: 47).
CLV