Aleluya, "Los dioses falsos"

Número de inventario: 35420. Barcelona.

Papel. 42,2 x 30 cm.

En el siglo XIX, la producción de aleluyas es muy intensa, con una gran variedad en el número de temas. Un alto porcentaje de la población era analfabeta, por lo que las aleluyas cumplen una función eminentemente didáctica, utilizándose como material de lectura. De esta forma, además del componente lúdico, a través de las imágenes, los niños aprendían los oficios, fábulas, obras literarias, o Mitología clásica, como el ejemplo que nos ocupa. Es importante tener en cuenta que gran parte de las historias y fábulas que relatan las aleluyas, tienen una intención claramente moralizante. Así, en este pliego, a través de cuarenta y ocho viñetas, se nos muestran los dioses paganos englobados bajo el título Los dioses falsos. Aquí, la representación de animales se limita a aquéllos que acompañan a determinados dioses, formando parte de su iconografía, como es el caso de los dioses Cibeles, Neptuno o Juno, acompañados por los leones, los caballos de mar y los pavos.

Bajo cada una de las viñetas, numeradas, se dispone un par de versos que identifican al Dios romano representado en la imagen, con un claro espíritu docente.

Aunque las aleluyas no estaban hechas específicamente para niños, el atractivo de las viñetas ilustradas hizo que las convirtieran en un objeto de juego además de aprendizaje. Se recortaban las viñetas y se jugaba con ellas a darles la vuelta con la palma de la mano. Así, podemos considerar la aleluya como un antecedente de los recortables y los cromos del siglo XX.

La imprenta Llorens inicia su actividad editorial en 1849 manteniéndola hasta 1899 (G. Solache, 1995: 242).

AGG