La mina de carbón de Bois du Cazier recuerda a la inmigración a Valonia (Bélgica) en el siglo XX y a las clases trabajadoras que la protagonizaron. En 1956, todo el sitio, desde la bocamina hasta las escombreras, fuer el escenario de la catástrofe en la que perdieron la vida 262 personas de doce países. Aunque la actividad minera cesó en 1967, en 2002, el sitio se transformó en un museo dedicado a la industria del carbón, del hierro y del cristal, y que recuerda la solidaridad europea demostrada a raíz de la catástrfofe de 1956, que también impulsó la creación de un organismo en materia de salud y seguridad por parte de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero.