Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Valencia, Murcia
Las tamboradas son repiques rituales intensos, prolongados y acompasados de miles de tambores que redoblan repetidamente, tanto de día como de noche, en numerosos espacios públicos de pueblos y ciudades.
Todos los años contribuyen a crear un ambiente sonoro, fascinante y cargado de emoción, que suscita en las comunidades sentimientos de identidad y pertenencia colectivas.
La mayor parte de las tamboradas forman parte de las celebraciones católicas de la Semana Santa y revisten una significación especial en función de los lugares, días y momentos en que se ejecutan. Independientemente de que tenga un carácter religioso o civil, devoto o lúdico, este elemento del patrimonio cultural inmaterial engendra sentimientos de respeto mutuo entre sus practicantes.
La fabricación de los instrumentos, así como de las indumentarias con que se engalanan los participantes, propician el desarrollo de una rica artesanía local en la que desempeñan un papel importante las familias en general, y más concretamente las mujeres.
Además, la celebración de comidas comunitarias en los espacios públicos consolida los lazos de convivencia entre los miembros de las distintas comunidades que preparan, a lo largo de todo el año, estas festividades rituales.
Los miembros más experimentados de los grupos de tamboreros se encargan de transmitir las prácticas y conocimientos correspondientes a los más pequeños, transmitiendo un fuerte sentimiento de pertenencia al grupo y de honda identificación con este ritual colectivo. Su transmisión intergeneracional también se efectúa mediante la organización de tamboradas nacionales e infantiles, de concursos diversos y de talleres de aprendizaje del repique o de confección y bordado de indumentarias tradicionales.
Esta práctica social cuenta con una participación multitudinaria, en auge, que se caracteriza porque su larga duración se puede extender a varios días (con sus noches) de forma ininterrumpida. Simbólicamente, puede recordar a reminiscencias de mitos primigenios sobre el orden y el caos.
En esta candidatura han trabajado de manera conjunta y al unísono numerosas comunidades que sienten y viven esta manifestación como algo propio e identitario. Las comunidades participantes son las siguientes: Baena (Córdoba); Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda, Urrea de Gaén (Teruel);Agramón, Hellín y Tobarra (Albacete);Alzira (Valencia) y Álcora (Castellón); Moratalla y Mula (Murcia).