España ha sido, en el transcurso de los siglos, un país fecundo en las letras y las artes. La riqueza y diversidad de los diferentes pueblos y culturas que han habitado la península ibérica, el propio devenir de la historia e incluso su propia consideración como lugar estratégico dentro del mapa europeo, ha condicionado el desarrollo cultural de nuestro país.
No hay lugar a dudas de la aportación que España realiza a la historia del arte y de la literatura universales. El contacto cultural que se fue fraguando en la Península durante el primer milenio a. C. entre las culturas autóctonas y los colonizadores fenicios, griegos y púnicos daría testimonios de una cultura material que, en el caso de la íbera, sorprende por el gran desarrollo y calidad estilística que llegó a adquirir. O, por seguir señalando más períodos históricos, el gran desarrollo que adquiere el Gótico con la recepción de las más diversas influencias foráneas.
Pero si hay dos etapas en las que destaca la aportación española de artistas y escritores esas son, sin lugar a dudas, los llamados Siglos de Oro (siglos XVI y XVII) y la aportación a las vanguardias en el siglo XX. De la primera etapa, la literatura universal se ha enriquecido con magníficas obras como las de Cervantes, Lope de Vega, Quevedo, Góngora o Calderón de la Barca en el campo de las letras. Del esplendor al ocaso del Imperio, la pluma de estos magníficos literatos daban cuenta de una sociedad, la hispánica, que sobrevivía a crisis demográficas y económicas de gran calado como la que imperaba en el siglo XVII. En el campo de las artes, la contribución de nuestro Barroco a la historia del arte no deja indiferente, ya no sólo por la huella dejada por los grandes maestros sino por el papel que llegan a tener géneros como el paso procesional en el caso de la escultura o el auge del bodegón para el campo de la pintura.
Nuestra historia de la literatura encontraría su segundo momento de esplendor ya en el siglo XX con la Generación del 27 y figuras como Federico García Lorca pero no podemos olvidarnos que entre el siglo XVII y el XX encontraremos un amplio abanico de escritores que van desde la producción asociada a la época ilustrada hasta la novela realista y la Generación del 98 pasando, claro está, por la literatura del Romanticismo.
De vuelta a la historia del arte, el Barroco daría paso a un siglo XVIII donde se va imponiendo un mayor academicismo (sobre todo en la segunda mitad de la centuria) pero donde también sobresaldría la inigualable figura de Francisco de Goya, uno de los genios españoles que mayor impacto causaría en el posterior discurrir de la historia del arte en toda Europa. Tras él, se abriría un ecléctico siglo XIX que cedería el testigo a las grandes aportaciones que artistas españoles de la talla de Picasso, Miró o Dalí realizarían en las primeras vanguardias del siglo XX. Sin lugar a dudas, nos encontramos ante algunos ejemplos de la riqueza de las artes y las letras españolas y de la huella que dejarían en la propia historia cultural europea.