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Concha Espina (1869-1955)

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Concepción Espina y Tagle, conocida como Concha Espina Nueva ventana, nació el 15 de abril de 1869 en Santander (Cantabria) y falleció el 19 de mayo de 1955 en Madrid. Esta destacada escritora dejó una huella imborrable en la literatura española. Hija de una familia conservadora, acomodada y católica, fue educada en un entorno que influyó en su sensibilidad y vocación literaria desde temprana edad. A los trece años, debido a la ruina del negocio de su padre, se trasladó con su abuela materna a Mazcuerras (Cantabria), donde empezó cultivando su afición por la poesía. A los diecinueve años publicó su primer poema, Azul, bajo el seudónimo de Ana Coe Schnip en la revista El Atlántico Nueva ventana. Esta publicación fue solo el inicio de una prolífica carrera poética, que incluyó tres poemarios: "Mis flores" (1904), "Entre la noche y el mar" (1933) y "La segunda mies" (1943).

En 1891, su madre falleció, dejando un vacío en su vida. Dos años después contrajo matrimonio con Ramón de la Serna y Cueto, perteneciente a una familia adinerada con negocios en Chile. La pareja se trasladó a Chile en busca de solucionar los problemas financieros de la familia de Ramón, pero se encontraron con la quiebra de los negocios. La difícil situación económica llevó a Concha Espina a buscar oportunidades como escritora, y comenzó a publicar sus escritos en diversos periódicos y revistas, como El Porteño y El Correo de Buenos Aires.

Después de su regreso a España, la pareja se instaló en Mazcuerras, donde nacieron sus hijos. Sin embargo, los celos profesionales de su esposo hacia el creciente éxito literario de Concha Espina llevaron a su separación. Ella le consiguió un empleo en México, y se trasladó a Madrid con sus cuatro hijos y su asistente, Julia de los Ríos. A pesar de las dificultades económicas, Concha Espina continuó escribiendo y colaborando en diversos medios, como el diario ABC Nueva ventana y la revista Lecturas.

En 1907, ganó un concurso literario organizado por la revista santanderina La Semana con su cuento El Rabión, lo que marcó el comienzo de su éxito como escritora. Ese mismo año, comenzó a escribir su primera novela, La niña de Luzmela. Su estilo literario se caracterizaba por una prosa pulida y rica en vocabulario y matices poéticos. Destacó por su versatilidad literaria y su exploración de diferentes corrientes literarias, como el romanticismo, el costumbrismo, el realismo y el regionalismo. También se le asoció con el modernismo en algunas de sus obras. Su estilo se caracterizaba por ser ecléctico y evolucionar a lo largo de su carrera, reflejando su situación personal y la necesidad económica que la impulsaba a escribir. En 1914, su novela "La esfinge maragata" recibió el prestigioso Premio Fastenrath de la Real Academia Española Nueva ventana, convirtiéndose en la primera escritora en recibir este reconocimiento. La novela, basada en sus experiencias de investigación en el modo de vida de las mujeres maragatas, tuvo un gran impacto y fue ampliamente elogiada.

Concha Espina fue una figura destacada en los círculos literarios de la época. Organizaba tertulias semanales en Madrid, conocidas como "los miércoles de Concha Espina", donde se reunían intelectuales de renombre como Antonio Maura, Ortega y Gasset, Ricardo León, Antonio Machado, Gerardo Diego, Federico García Lorca y Pilar Valderrama, entre otros. A lo largo de su carrera, publicó numerosas obras, entre ellas Despertar para morir (1910), Agua de nieve (1912), El metal de los muertos (1920), Dulce Nombre (1921) y Altar Mayor (1926). Sus novelas se tradujeron a varios idiomas y gozaron de reconocimiento internacional.

Además, fue una defensora de los derechos de las mujeres y abordó la problemática social en su obra. En la Guerra Civil Española Nueva ventana, apoyó al bando sublevado y fue miembro de la Falange Española Nueva ventana.

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A pesar de la pérdida gradual de la visión y las dificultades que enfrentó en su vida personal, Concha Espina continuó escribiendo hasta sus últimos días. Morirá en Madrid el 19 de mayo de 1955. Su vasta obra literaria, que abordó diferentes temas sociales, exploró diversas corrientes literarias y dejó un impacto duradero en la historia de la literatura española. Su dedicación incansable, su lucha por la igualdad y su talento creativo la convierten en una figura destacada en la Edad de Plata de la literatura de nuestro país y un ejemplo a seguir para futuras generaciones de escritoras.

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