Eulalia de Abaitua y Allende-Salazar es la primera mujer conocida en la historia de la fotografía en Bilbao. Como aficionada, se dedicó a retratar la vida tradicional y urbana de su entorno siendo sus imágenes un referente indispensable para la memoria histórica vasca.
Eulalia Abaitua nació en Bilbao el 25 de enero de 1853, y fue bautizada con el nombre de María Elvira Juliana, pero su madre murió al poco de este alumbramiento y la familia comenzó a llamarle Eulalia en memoria de su progenitora.
Su padre, Luis de Abaitua y Adaro, comerciante bilbaíno, tuvo que contratar una nodriza que se hiciera cargo de ella y de su hermano mayor, Felipe.
Eulalia Abaitua cursó estudios en el barcelonés colegio del Sagrado Corazón de Jesús de Sarriá, pero nada podemos aportar al respecto ya que los archivos de esa institución fueron destruidos en la guerra civil española.
En 1861, se trasladó con su familia a vivir a Liverpool, coincidiendo con la Tercera Guerra Carlista , allí se casó con un ingeniero civil, Juan Narciso de Olano y Picavea de Lesaca con quien tuvo cuatro hijos. Durante su estancia en Inglaterra, Eulalia de Abaitua descubrió la fotografía, los materiales y su técnica.
A su regreso a España en 1876 se estableció en el Palacio del Pino, ubicado junto al Santuario de la Virgen de Begoña, en Bilbao (Vizcaya), también conocido en la época “hotel de los señores Olano”. En el sótano de esta mansión instaló su laboratorio fotográfico y empezó a retratar el universo a su alrededor. Su material preferido fueron las placas estereoscópicas de vidrio, tanto positivas como negativas, en formato 4,5 cm x 10,7 cm, y emulsión de gelatinobromuro
En 1909 se registra la muerte de su esposo. En 1941 Eulalia se trasladó a un piso de la calle Gran Vía de Bilbao, para morir dos años más tarde, el 16 de septiembre de 1943. Eulalia Abaitua descansa en paz en el panteón familiar Olano-Abaitua, en el cementerio de Begoña.
Gracias a esta afición de Eulalia, hoy existe una rica y hermosa colección de imágenes sobre la vida en Bilbao y en otros rincones de la Bizkaia de su tiempo.
Durante cien años ha permanecido invisible para el gran público pero desde el año 1990 el Museo Vasco de Bilbao (Euskal Museoa) ha ido sacando a la luz la obra de quien inmortalizó con su cámara a vendedoras de sardinas en el mercado de la Ribera, a lavanderas en las orillas del Nervión, a lecheras, a mujeres acarreando el agua o cultivando la tierra, etc. Sus fotografías miran y hacen visibles mil aspectos de la vida cotidiana en pleno auge de una revolución industrial que parecía que sepultaba todo lo demás.
Eulalia Abaitua fue, sin pretenderlo, toda una reportera gráfica antes de que naciera el reporterismo, y con su cámara levantó acta de la vida en Begoña.
La última muestra de esta fotógrafa vasca fue celebrada por Las Juntas Generales de Bizkaia en 2021, inaugurada con el motivo del Día Internacional de la Mujer, una exposición fotográfica que recoge retratos de mujeres de Eulalia Abaitua Allende-Salazar , la gran pionera de la fotografía vasca .
La Sala de Exposiciones de la Cámara Vizcaína reúne 34 instantáneas que la bilbaína realizó a principios del siglo XX en la Bizkaia rural y urbana de aquella época. Todas las imágenes son reproducciones cuyos originales se conservan en el Archivo Fotográfico del Museo Vasco de Bilbao, recopiladas por Maite Jiménez Ochoa de Alda, comisaria de la muestra.
No resulta fácil establecer las fechas exactas en que Eulalia Abaitua realizó sus fotografías. Sin embargo, existe plena certeza de que en los inicios del siglo XX dominaba la técnica perfectamente. Eulalia Abaitua rastreó los caminos con su retina atenta y consiguió que su trabajo fotográfico sea, objetivamente, una prueba rigurosa de la realidad de su tiempo con un lenguaje directo. Eligió minuciosamente los asuntos a fotografiar centrándose en la sencillez de las gentes del pueblo, las personas humildes, sin retoques, en su vivir común, en el quehacer diario y en el tiempo de asueto.
También realizó un gran número de imágenes de la vida privada. Se trata de fotografías intimistas, de la familia Olano- Abaitua en su casa de Begoña, en el palacio del Pino. Eulalia desarrolló este contenido generando una gran variedad de tomas, interiores o exteriores, con las fachadas de su casa como fondo, en los bancos y veladores de la terraza y en el césped, o junto a las plantas y árboles del jardín. Siempre con la luz natural como su aliada y cómplice. Los protagonistas son su marido, sus hijas y, sobre todo, sus nietos que le entusiasmaban, en todas las poses y edades. También los miembros de la familia de su hermano Felipe y su cuñada Ana Olano están presentes en este extenso repertorio de imágenes familiares.
Siguiendo la moda del momento entre las elites, los Olano Abaitua se embarcaron en una serie de viajes, por tierra y mar con destinos a ciudades de la vieja Europa y también,surcando el Mediterráneo, visitando el Magreb y, sobre todo, acudiendo a Palestina a los lugares santos de la cristiandad. En todos estos viajes Eulalia realizó con su cámara toda una serie de instantáneas, tanto estereoscópicas como en otros formatos.
Los fondos documentales del archivo fotográfico de Eulalia de Abaitua se encuentran en el Museo Vasco de Bilbao , que custodia más de 2.500 imágenes tomadas por la fotógrafa. Una muestra de este trabajo se expone para dar a conocer la vida y obra de Eulalia, proporcionándole su merecido reconocimiento público por la belleza de las instantáneas y por ser un testimonio de indudable valor histórico sobre su época.
La colección completa resulta una muestra del paisaje urbano y rural de Vizcaya en el paso del siglo XIX al siglo XX. Por ello, su trabajo fotográfico, llevado a cabo con un lenguaje directo, se considera como una prueba rigurosa de la realidad de su tiempo