En 1910 se produjo un hecho insólito en la Administración. Por Real Orden de 2 de septiembre de ese año se dispone que las mujeres puedan concurrir a las oposiciones y concursos convocados para los cuerpos de funcionarios dependientes del Ministerio de Instrucción Pública, entre ellos el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. Fue absolutamente novedoso porque el resto de departamentos ministeriales continuaron vetados a las mujeres hasta la aprobación del Estatuto de la Función Pública de 1918.
La primera mujer que ingresó en el Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos fue Ángela García Rives (1891-1968). Su primer destino, en 1913, fue la Biblioteca Pública de Jovellanos en Gijón. Un año después, antes de pasar definitivamente a la Biblioteca Nacional, estuvo destinada en el Archivo General Central de Alcalá de Henares.
Entre las primeras archiveras hay que mencionar a Áurea Javierre, destinada al Archivo de la Corona de Aragón en 1922, o a María Moliner, cuyo primer destino fue el Archivo General de Simancas. Después llegaron Pilar Loscertales, Carmen Pescador, Josefa Callao, Concepción Zulueta, Consuelo Gutiérrez del Arroyo o Carmen Caamaño. Todas ellas debieron superar grandes dificultades para abrirse camino y desarrollar su carrera profesional. Muchas, incluso, sufrieron la inhabilitación, la prisión o el exilio.
El número de archiveras fue creciendo con los años, aunque hubo que esperar a la década de los sesenta para que una archivera alcanzase cargos directivos, con los nombramientos de Carmen Crespo, directora del Centro Nacional de Conservación y Microfilmación, de Olga Gallego, directora del Archivo Histórico Provincial de Orense o de Carmen Pescador, primera directora del Archivo General de la Administración.
Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Mujer queremos rendir homenaje a las archiveras pioneras del siglo XX, tanto a las que han tenido una destacada trayectoria como a las que realizaron un trabajo más anónimo.
Este espacio ha sido elaborado con la participación de los compañeros de la Subdirección General de Archivos Estatales, Archivo Histórico Nacional, Centro de Información Documental de Archivos, Archivo General de Simancas y Archivo General de la Administración. Y con la colaboración inestimable de Ricardo Fuentes Caamaño, Margarita Vázquez de Parga y la Fundación Olga Gallego.
Sirva este espacio para reconocimiento de todas ellas y de su legado y antesala para continuar con la labor de mostrar a otras muchas mujeres archiveras a lo largo de la historia.