Ana María Lillo ha elegido un panegírico dedicado a Francisco de Borja y Aragó, V duque de Gandía y futuro San Francisco de Borja, patrón de la Nobleza.
Este documento se conserva en la primera caja del Archivo de los Condes de Villagonzalo, con la signatura, que ingresó en el Archivo de la Nobleza el pasado 2011.
De su lustre el Oriente despojadoSalto de línea a tus altares viste de trofeosSalto de línea y en ondas el aroma lagrimadoSalto de línea dan a los aires árboles sabios:
sus rubíes con flujo despeñadoSalto de línea vierte Ceilán con pródigos empleosSalto de línea siendo a la gloria, que a tu honor se deveSalto de línea escaso culto no, tributo breve.
Calle la voz, que a la sonante trompaSalto de línea de sacros socios éxtasis sucedeSalto de línea pues de tus triunfos la sublime pompaSalto de línea sus destemplados números excede:
ni mi instrumento vanamente rompaSalto de línea los silencios del viento; que mal puedeSalto de línea de cuerdas ya la cítara desnudaSalto de línea cantarte sorda, celebrarte muda
VILLAGONZALO, C.1, D.221Salto de línea
Panegírico de las virtudes de san Francisco de Borja, SI. (fin siglo XVII o inicios del XVIII)
Estrofas finales de un poema donde se glosa la hagiografía de Francisco de Borja y Aragón (1510-1572), barón de Llombai, IV duque de Gandía y virrey de Cataluña (1539-1546). Impresionado por la muerte de la emperatriz Isabel de Portugal (1539), y tras la muerte de su propia esposa (1547), decidió convertirse en jesuita (1551), llegando a ser III general de la Compañía de Jesús (1565). Fue preconizado primero beato (1624) y luego santo (1671).
Las alusiones a Extremo Oriente nos evocan la gesta misionera de los padres jesuitas.