Càller o Cagliari constituía junto a Sàsser (Sassari) las dos ciudades más importantes de Cerdeña bajo dominación de la Corona española. Cerdeña fue investida a favor de Jaime I en 1296 por el Papa Bonifacio VIII, mientras que el final del dominio español se produce por la conquista inglesa en 1708 durante la Guerra de la Sucesión. En esta isla y, en particular, en Cagliari, los Duques de Gandía tenían grandes intereses, especialmente con el nombramiento en 1610 por Felipe III a Carlos de Borja y Centelles, VII Duque, como lugarteniente y capitán general de Cerdeña; probablemente este plano fue realizado durante este virreinato como parte de la acción de gobierno. En él se puede ver las cuatro divisiones de la ciudad: la alta o Castello, la Marina, ciudadela construida para dar salida al mar a la parte alta, luego unida al arrabal de Stampace, y la Villa Nuova.