D. Miguel Gijón, caballero de Santiago y ciudadano de Málaga, solicitó al Consejo de Castilla la cesión de los "arenales" situados a la izquierda del puerto, para construir "calles, casas y almacenes", dada la excesiva población intramuros de la ciudad de Málaga, obligada además a dar habitación a más de quinientos soldados, recientemente llegados de Argel. Gracias a la negativa del Consejo de Castilla y de los regidores de entonces, hoy disfruta Málaga de sus magníficos jardines de la Alameda, aquí reproducidos en embrión.Salto de línea