Aunque Alejandría perdió su posición comercial con el descubrimiento del cabo de Buena Esperanza en 1498, conservó siempre una notable influencia en la zona mediterránea. Este plano lo adjuntó Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, a una carta a Felipe III en la que proponía asaltarla para controlar y mejorar el comercio marítimo en el Mediterráneo.Salto de línea