Fecha de publicación: 28-02-2023Salto de línea Autoría: Jefatura de Sala de Consulta y Departamento de Difusión del Archivo General de Simancas (AGS)
Desde el Archivo General de Simancas (AGS) celebramos el Día Internacional de las Mujeres 2023 difundiendo los expedientes de tres mujeres investigadoras que accedieron a la Sala de Consulta del AGS en el siglo XX, los cuales constituyen ejemplos ilustrativos que nos acercan al conocimiento del expediente de investigador de este Archivo en dicho período (tipología documental, evolución, etc.).
Hemos seleccionado los expedientes de tres mujeres investigadoras:
Hay que tener en cuenta que estos tres expedientes (y otros muchos) han sido descritos en PARES en el marco del proyecto titulado «Mujeres Investigadoras en los Archivos Estatales.1900-1970», coordinado por la Subdirección General de Archivos Estatales (SGAE). El objetivo de este proyecto es precisamente la descripción normalizada de los expedientes de investigadoras presenciales en las salas de consulta de los archivos, así como la realización de sus respectivos registros de autoridad.
Aunque este proyecto se refiere a los expedientes de los años 1900-1970, hay que recordar que el AGS conserva expedientes de investigadores desde el siglo XIX, tanto relativos a usuarios presenciales (que accedieron a la Sala de Consulta del Archivo) como no presenciales (expedientes tradicionalmente conocidos como expedientes de buscas, referentes a personas que solicitaron por correspondencia información o copias de documentos).
El surgimiento del expediente de investigador en el siglo XIX tiene su lógica: fue en esta centuria cuando el AGS se transformó paulatinamente de archivo administrativo en archivo histórico, al servicio de la investigación histórica y la cultura. El primer hito normativo esencial en relación con esta cuestión fue la Real Orden circular de 20 de abril de 1844 (Ministerio de la Gobernación), fijando las reglas para acceder a los archivos a las personas estudiosas.
Ahora bien, también debemos recordar que la serie de expedientes de investigadores del AGS no surgió de repente, en el siglo XIX, como una agrupación documental independiente creada de la nada. Estos expedientes, tanto los de usuarios no presenciales como los de usuarios presenciales (los antecedentes de estos últimos estuvieron en un principio en la serie de poderes y autorizaciones) se integraron dentro de la multisecular serie de expedientes de buscas, surgida con la creación del Archivo de Simancas (entre 1540-1545): esta serie constituía el testimonio documental de la prestación de servicio archivístico (búsqueda de documentos y entrega de copias autorizadas) al rey y organismos de la Monarquía Hispánica (y también a particulares dotados de autorización real).
Fue por tanto esta serie de expedientes de buscas, generada desde el siglo XVI por el Archivo de Simancas (entonces archivo real administrativo), la que fue adaptándose en el siglo XIX a los nuevos tiempos de transformación del Centro en archivo histórico, integrando en ella los expedientes de usuarios investigadores (presenciales o no). Finalmente esta agrupación acabaría por tomar el nombre de serie de expedientes de buscas e investigadores, o simplemente expedientes de investigadores.
En el primer tercio del siglo XX, la serie de expedientes de investigadores del AGS incluye expedientes de usuarios presenciales y no presenciales, entremezclados físicamente dentro de las mismas unidades de instalación (legajos o cajas). Sin embargo, a partir de 1937 ambos tipos están diferenciados físicamente dentro de las unidades de instalación. Y desde 1956, debido al peso que adquiere la investigación presencial, se encuentran ya en unidades de instalación distintas: es decir, se han conformado dos agrupaciones (series o subseries) físicamente diferenciadas (expedientes de usuarios presenciales y expedientes de usuarios no presenciales).
El número total de unidades de instalación con expedientes de investigadores del AGS para el periodo referido (1900-1970) es de 61, distribuyéndose de la siguiente manera: 28 (para los años 1900-1936), 18 (para los años 1937-1955) y 15 (para los años 1956-1970).
Los expedientes de investigadores están constituidos por una carpetilla en formato cuarto e impresa, en la que se cumplimentaban los datos básicos del investigador y los legajos consultados (en un principio, antes de su normalización, los legajos consultados se anotaban en hoja aparte).
Dentro del expediente de investigador pueden existir varios tipos de documentos: la correspondencia mantenida entre el investigador y el director del Archivo; la carta de presentación del investigador; la ficha del investigador (que surge por primera vez en 1924); el justificante de pago de la tasa por la expedición del carnet de investigador (cuando aparece en 1959); la documentación referente a la gestión de solicitudes de reprografía o de copia certificada (incluido el justificante correspondiente al pago de tasas). Algunos de estos tipos documentales se han mantenido prácticamente hasta la actualidad.
Los expedientes de investigadores del AGS forman parte lógicamente del fondo documental producido por el mismo Archivo (creado en el siglo XVI). Estos expedientes y otro tipo de documentación de este fondo (memorias anuales, libros registro de investigadores, etc.) conforman un rico testimonio del devenir de la investigación en el Archivo simanquino desde el siglo XIX.