Fecha de publicación: 10-11-2022
Fecha de actualización: 17-05-2023 (adición de referencia de la Colección de autógrafos históricos de 1878)
Autoría: Departamento de Difusión del Archivo General de Simancas (AGS)
En junio de 2021 el Archivo General de Simancas (AGS) acordó que el Departamento de Difusión de este centro debía abordar dos proyectos prioritarios: la elaboración de unas Recomendaciones para guías de visitas al AGS y la realización de una exposición temporal sobre la historia del Archivo y sus fondos. Esta decisión se tomaba el año en que se cumplían 150 años de difusión cultural en el Archivo de Simancas (1871-2021), un ámbito funcional cuyo núcleo central ha estado tradicionalmente ocupado por dos actividades: las visitas y las exposiciones documentales.
En septiembre de este año 2022 se publicaron las citadas Recomendaciones; a finales del mes de octubre se reanudó el servicio de visitas libres y guiadas al AGS, y se abrió la exposición «La fortaleza de la memoria: historia y fondos del Archivo de Simancas».
Esta muestra expositiva está destinada a difundir la larga historia del AGS (iniciada en 1540-1545) y el rico patrimonio documental que conserva en su valioso espacio arquitectónico (la fortaleza simanquina). Recordemos que el Archivo ostenta desde 2017 la calificación de «Memoria del Mundo» otorgada por la UNESCO.
La primera sección de esta exposición (ubicada en la capilla de la fortaleza) pone el foco de atención en la historia del AGS, resaltando determinados hitos de su evolución: creación del Archivo por el emperador Carlos V, ampliación en época de Felipe II, transformación en el siglo XIX de archivo administrativo en archivo histórico al servicio de la investigación y la cultura, etc.
Aprovechando esta exposición y la reanudación de las visitas al Centro, conmemoramos hoy, en este artículo, los comienzos (en 1871) de la difusión cultural en el Archivo de Simancas.
Recordemos que en el siglo XIX tuvo lugar la revalorización de la historia y el desarrollo de su carácter científico (basado en los documentos de archivo y en la crítica de fuentes), lo cual se vio potenciado por la afirmación del concepto de nación y la necesidad de escribir las distintas historias nacionales. Ello generó un progresivo aumento del valor histórico de los documentos de archivo que favoreció la paulatina transformación del Archivo de Simancas (saturado a mediados del siglo XIX e incapaz de recibir más transferencias) de archivo administrativo a archivo histórico al servicio de la investigación.
El primer hito normativo esencial en relación con esta cuestión tuvo lugar en 1844, reinando Isabel II: se trata de la Real Orden circular de 20 de abril de 1844 (Ministerio de la Gobernación), fijando las reglas para acceder a los archivos a las personas estudiosas (véase imagen 1). Sin embargo, en este texto aún se establecían muchas restricciones para aquellos que deseaban acceder a los documentos por motivos de investigación histórica (prohibición de consultar la documentación del siglo XVIII en adelante, etc.). La aplicación en el AGS de esta disposición se vio favorecida por el nombramiento, en 1844, del historiador Manuel García González como responsable del centro (el cual ocupará este cargo hasta 1867).
El segundo hito normativo fundamental fue la Ley Moyano de Instrucción Pública de 9 de septiembre de 1857, en la que se establecía que los archivos (al igual que las academias, bibliotecas y museos) pasaban a considerarse «dependencias del ramo de Instrucción Pública» (artículo 158), y se anunciaban algunas medidas posteriores al respecto (organización de los archivos, creación de un cuerpo de empleados, etc.). Desde entonces, el AGS y otros archivos pasarán a depender de un departamento ministerial con competencias en materia de educación o de cultura (el Ministerio de Fomento hasta 1900, el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes entre 1900-1937, etc.).
La Ley Moyano de 1857 estableció los puntos principales sobre los que incidirá la legislación posterior, destacando las siguientes normas:
Por tanto, es en 1871 cuando tiene lugar la auténtica apertura de los archivos a la investigación histórica, fruto de los intereses de la Real Academia de la Historia, del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, y de las consecuencias de un Sexenio Democrático (1868-1874) proclive a la ampliación de los derechos civiles en la legislación.
Ahora bien, la supresión de barreras al acceso al AGS y a la consulta directa de los documentos conservados en éste y otros archivos estatales, fue un proceso progresivo que no culminó hasta el año 2006: desde entonces el usuario solo necesita presentar el DNI, pasaporte o tarjeta de residencia, de acuerdo con el Real Decreto 1266/2006 (Ministerio de Cultura), el cual derogó el Real Decreto 1969/1999 (por el que se regulaba la expedición de la tarjeta nacional de investigador para la consulta en los archivos de titularidad estatal, en lo relativo a los archivos de titularidad estatal dependientes del Ministerio de Cultura).
En el siglo XIX también se inició en el AGS la función de difusión cultural, concretamente durante la jefatura de Francisco Díaz Sánchez (responsable del Archivo entre 1870-1890). La realización de actividades (visitas, exposición de documentos, salida de documentos para exposiciones temporales externas, etc.) orientadas a difundir el Archivo y sus fondos constituyó una consecuencia lógica de la dependencia del Archivo del Ministerio de Fomento, a través de la Dirección General de Instrucción Pública (desde 1858), y del marco normativo antes señalado.
En 1871 parece que se iniciaron (al menos de manera oficial) las visitas al AGS. En julio de este año se abrió el «Libro de firmas de las personas que vienen a visitar este Archivo». El primer asiento de este libro (véase imagen 2) se realizó el 11 de agosto de 1871 (un mes después de aprobarse el Reglamento de archivos, bibliotecas y museos): se refiere a la visita al Archivo de los jefes y oficiales del Batallón de Cazadores de Reus nº 24 (entre las seis firmas figura la de su primer jefe, el Teniente Coronel Luis Fajardo Izquierdo).
En 1875 se instaló en el AGS la primera vitrina de exposición de documentos (la llamada «mesa pupitre» o «mesa vitrina»), que tuvo un coste de 2145 pesetas (véase imagen 3). Se trataba de un enorme mueble (hoy desaparecido), construido a medida (de madera y cristal, con 12 columnas torneadas), destinado a mostrar al público una selección de valiosos documentos (testamentos reales, autógrafos, etc.) y múltiples arquetas del siglo XVI utilizadas para la guarda de documentos.
Esta vitrina fue ubicada en la llamada «sala 12» del AGS (donde se guardaban los fondos del Consejo y juntas de Hacienda). Se trataba de la actual sala de trabajo (contigua a la sala Juan de Herrera). La imagen fotográfica que figura en el cartel de la actual exposición «La fortaleza de la memoria» constituye una vista (tomada entre 1875 y 1900) de ese primer espacio expositivo del Archivo, con la gran vitrina en el centro (véase imagen 4).
En agosto de 1900 esta pesada vitrina fue arreglada y trasladada a la sala Juan de Herrera, donde quedó instalada la exposición documental. Esta actuación tuvo lugar al comienzo de la jefatura de Julián Paz y Espeso (responsable del AGS entre 1900 y 1914), que fue el gran modernizador de este Centro.
Esta gran vitrina de exposición es la que pudieron ver, por ejemplo, durante sus visitas al Archivo, el ministro de Fomento (el conde de Toreno) y el director general de Instrucción Pública (en 1876), el rey Alfonso XII (en 1878), el rey Alfonso XIII (en 1903), etc.
En 1878 un empleado del AGS (Claudio Pérez Gredilla, secretario del Archivo) llevó a la Dirección General de Instrucción Pública (Madrid) 26 documentos autógrafos que estaban expuestos en la gran vitrina, con el fin de elaborar allí reproducciones fotográficas destinadas a la Exposición Universal de París de ese año. Entre estos documentos figuraban las capitulaciones entre los Reyes Católicos con Boabdil, el último sultán del reino nazarí de Granada, el testamento de la reina María de Hungría (véase imagen 5), el plano de la batalla de Lepanto, y múltiples documentos originales (autógrafos muchos de ellos) de diversas personas: el rey Felipe I de Castilla, Gonzalo Fernández de Córdoba (el Gran Capitán), el rey Fernando el Católico, la reina Germana de Foix, la emperatriz Isabel de Portugal, la reina Juana I de Castilla, Ignacio de Loyola, el emperador Carlos V, el príncipe Carlos, Juan de Austria, el duque de Alba (Fernando Álvarez de Toledo), la reina María I de Escocia, el duque de Parma (Alejandro Farnesio), Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, etc. Parte de estas reproducciones se presentaron en la citada Exposición Universal, publicándose en la obra «Colección de autógrafos históricos mandada formar de real orden, siendo ministro de Fomento el excmo. señor conde de Toreno» (1878).
En 1881 parece que tuvo lugar la primera salida de documentos originales del AGS con destino a una exposición temporal externa (véase imagen 6). Se remitieron a la Dirección General del Instituto Geográfico Estadístico (Madrid) 9 documentos, para su participación en la Exposición Geográfica Internacional de Venecia de 1881. Entre estos documentos figuraban: el plano de la plataforma de Flegelingas (Vlissingen o Flushing, act. Países Bajos), el mapa de las gobernaciones de Paraguay y Buenos Aires con la línea divisoria de las tierras de España y Portugal ajustada entre las dos coronas en 1750 (véase imagen 7) y varios documentos cartográficos de Mazalquivir (act. Argelia) y La Goleta (act. Túnez).
El 12 de septiembre de 1903 Alfonso XIII visitó el Archivo de Simancas. El monarca y su comitiva fueron guiados por Julián Paz (el responsable del Centro). Al llegar a la «famosa sala de la vitrina» (sala Juan de Herrera), donde estaba el gran mueble con la exposición documental, el rey «dirigió varias preguntas al archivero don Julián Paz, sosteniendo con éste el siguiente diálogo: ¿cuántas horas trabaja usted diarias? Seis horas. ¿Falta mucho por arreglar? Siempre hay algo, no se acaba nunca. ¿Tiene usted esto así o se ha colocado hoy? Siempre está expuesto al público.» (Noticia sobre la visita del rey Alfonso XIII al Archivo General de Simancas en 1903. En p. 214-217 de: Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 3ª época, tomo 9, 1903).
En 1906-1907 se adquirieron dos vitrinas giratorias de roble, similares, fabricadas por la casa Em. Terquem (París), destinadas a exponer más documentos del Archivo: una se compró en 1906 (por 500 pts.) y la otra en 1907 (por 550 pts.). Las dos se conservan todavía en el AGS. La factura de la primera vitrina puede verse en la imagen 8.
Cada vitrina giratoria estaba formada por un soporte vertical sobre plinto con doce marcos dobles (dotados de cristal) giratorios, en los que iban instalados los documentos expuestos (por ambos lados de cada marco).
Las dos vitrinas giratorias fueron instaladas en 1906-1907 a ambos lados de la gran vitrina horizontal, en la sala Juan de Herrera, espacio que desde 1900 había pasado a ser la sala de exposición del Archivo. La finalidad última de esta muestra expositiva, tal y como indicó el mismo Julián Paz, era que los documentos expuestos «puedan servir de ilustración al público que visita este Archivo, cada vez más numeroso conforme se propaga y difunde la cultura y la afición a los viajes y al tourismo [sic]» (memoria del AGS de 1906).
Estos dos muebles expositores figuran en una fotografía tomada posiblemente en 1915 (véase imagen 9). En medio figura la gran vitrina construida en 1875 (con varias arquetas expuestas en la parte inferior).
Una de las dos vitrinas giratorias puede verse en una fotografía (véase imagen 10) tomada en octubre de 1928, durante la visita al Archivo de Isabel de Borbón, infanta de España y condesa de Girgenti (conocida popularmente como «La Chata»). En primer término figura parte de la gran vitrina (con una arqueta expuesta en la parte inferior).
La sala de exposición del AGS pasó posteriormente a ubicarse en la actual sala de reuniones (planta primera), y desde 1947 en el espacio ocupado actualmente por el Departamento de Referencias (planta baja) (véase imagen 11). En ambos lugares estuvieron ubicadas las dos vitrinas giratorias hasta su desmontaje, durante las obras de intervención del Archivo de 1999-2007.
Desde 2007 el AGS cuenta con tres espacios destinados a exposiciones temporales de documentos del Archivo: la capilla, la antesala de capilla y la sala Juan de Herrera.
Una de las dos vitrinas giratorias citadas (dotada de nuevos cristales acrílicos, antireflectantes, con protección UV hasta el 99%, etc.) ha quedado instalada en la exposición actual «La fortaleza de la memoria: historia y fondos del Archivo de Simancas» (véase imagen 12): es el testimonio de los comienzos del ejercicio de la función de difusión archivística en este Centro.
Bibliografía: