Litigios y pleitos

Los documentos expuestos en la muestra lo están en ella porque los mercaderes extranjeros que acudieron al tribunal en defensa de sus derechos llegaron a él con los originales o los traslados de esos documentos, fueran públicos o privados, y los presentaron como prueba de lo alegado en el proceso, para que el juez los tuviera como objetivos y verdaderos y, en consecuencia, pronunciara sentencia a su favor. Fuera así o no, concluido el pleito tendrían que haber recogido los documentos para conservarlos en su poder y en sus archivos, pero no lo hicieron y en la actualidad se conservan en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid.

Se litigó por miles de motivos, se demandó por otros tantos y se alegó y se probó con pruebas documentales de tipologías muy diversas: si sobre herencias, con cláusulas testamentarias y testamentos; si sobre mercancías, con pruebas de testigos peritos en valoraciones o conocedores de los tratos. Todo podía probarse y todo lo que se probaba pasaba a formar parte de los procesos porque todo se ponía por escrito, en el curso del pleito o con anterioridad. Muchos pergaminos con fechas muy anteriores, a veces de siglos, se añadieron a los procesos, constituyendo un todo con el resto de documentos, autos y diligencias de los mismos, como ocurrió en el caso de los magníficos rollos testificales ingleses expuestos en la muestra.

En raras ocasiones los mercaderes extranjeros se presentaron ante el tribunal personalmente. Distancias, tiempos y dineros lo desaconsejaban; pero hicieron de los procuradores las personas que los representaran en los juicios o actuaran, en su ausencia y en su nombre, en los negocios o asuntos de mercado o de otro género en los que anduvieran ocupados.