La Tercera Fase coincide con la etapa del reinado de Fernando VII conocida como Sexenio absolutista, es decir, desde el regreso de Fernando VII al trono español en 1814, que elimina todo rastro de las medidas tomadas por las instituciones nacionales, hasta el triunfo del pronunciamiento del teniente coronel Rafael del Riego el 1 de enero de 1820, que supuso la vuelta al constitucionalismo.
Esta fase se caracteriza por el envío de ejércitos expedicionarios a América para sofocar la rebelión, que provocará una reactivación del conflicto que será aprovechada por los líderes independentistas para convertir el conflicto en una lucha por la independencia de los territorios americanos. La causa española pierde buena parte del apoyo popular con el que contaba y en territorios como Colombia, Venezuela y Argentina triunfa la independencia.