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Parras

Parras del patio del Palacio de los Virreyes

Este patio interior del Palacio de los Virreyes, sede del Archivo de la Corona de Aragón, goza de la frescura mediterránea de unas parras. Se trata de un parral venerable y de un gran valor sentimental del Barrio Gótico barcelonés. Es una vid no podada como cepa, con los sarmientos elevados y agarrados a los sillares de los pilares que sostienen el pórtico del patio y la galería del primer piso. Su ramaje se levanta y se retuerce en los ángulos de la primera galería y se encarama hacia la galería superior sustentado artificialmente y alimentado por unas raíces, profusas y vigorosas, que absorben las humedades subterráneas.

Salto de línea Su vida transcurre unida a la del Archivo de la Corona de Aragón. Nació con él y con él camina. En el año 1857, en un acto familiar íntimo, Francisco de Bofarull, archivero, hijo y nieto de directores del Archivo, cuando contaba sólo con 14 años de edad, plantó el primer esqueje. Fue el colofón simbólico del período de traslado de los fondos documentales del Archivo al Palacio de los Virreyes. Son, por tanto, unas parras eruditas y con historia.

Salto de línea La tradición sugiere que es una vid de una generación anterior al ataque de la filoxera, plaga que arrasó las vides europeas a finales del siglo XIX. La parra era centenaria cuando se extinguió y se plantó otra vez, alrededor de los años 60 del siglo XX. Desde entonces, como la vida misma, las parras han ido consumiéndose. La más vieja murió en el año 1996, y otra recientemente. Sin embargo, todas han podido renacer al ser replantadas con sus propios sarmientos. Estas vides, además de un copioso fruto de respetable calidad, son las que hoy nos dan sombra. Salto de línea

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