Historia del archivo y de sus sedes

Con la finalización de las obras de rehabilitación del Palacio de los Virreyes llevadas a cabo por el Ministerio de Cultura durante tres años, se ha dotado a este edificio de unas modernas instalaciones que suponen la recuperación de su sede histórica y el relanzamiento del archivo como centro cultural que vuelve a estar presente en pleno centro de la ciudad de Barcelona.

El Archivo fue creado por el rey Jaime II, el año 1318. Ordenó reunir las escrituras de su patrimonio y de la Cancillería en un único departamento, situado dentro de su Palacio. La continuidad del Archivo quedó asegurada por su vinculación a la administración. Hasta el siglo XVIII los archiveros fueron escribanos reales, que cuidaban el ingreso de los registros y de los pergaminos al Archivo.

Figura 1 Ángulo del Palacio Real Mayor. Aquí estuvo el Archivo, desde 1318 hasta 1770.

Figura 2 Jaime II (1291-1327) era un hombre meticuloso y aficionado a la escritura. Se decía de él en la corte papal que escribía más que todos los monarcas de Europa juntos.

Figura 3 El rey Pedro el Ceremonioso (1336-1387) encarga a su escribano Pedro Perseya la custodia de los registros y escrituras del Archivo Real (Poblet, 6 de julio 1346).

Entrado el siglo XVIII, el Archivo dependía orgánicamente de la Real Audiencia de Cataluña. Cuando los muros del Palacio Real empezaban a amenazar ruina, por Real Orden del 15 de septiembre 1766 la documentación del Archivo fue transferida al Palacio que aquella ocupaba. El traslado tuvo lugar el año 1770.

Figura 4 Palacio de la Diputación del General de Cataluña, entonces ocupado por la Real Audiencia. Aquí estuvo el Archivo, desde 1770 hasta 1858.

Figura 5 Prensa del sello oficial del Archivo. Sello y prensa fueron enviados desde Madrid, el año 1782, por orden del Conde de Floridablanca.

Figura 6 Alzado de las estancias del Palacio de la Real Audiencia destinadas al Archivo. Proyecto del año 1792.

Figura 7 Diseño de los armarios que debían guardar los registros del Archivo. Proyectados el año 1792, no llegaron a construirse.

Figura 8 Próspero de Bofarull (1777-1859). Su admirable actividad como archivero (1814-1840, 1844-1849) tuvo por marco las estancias del Palacio de la Audiencia. (Retrato póstumo, óleo de Claudio Lorenzale).

La necesidad de más espacio donde albergar la documentación que debía recogerse de los monasterios desamortizados, movió a Próspero de Bofarull a solicitar que se destinase el antiguo Palacio de los Virreyes como sede del Archivo. Era el año 1838, pero dificultades de diverso género retrasaron hasta 1853 el traslado de la documentación. Después, cada generación ha visto llevar a cabo reformas interiores.

Figura 9 (a) Manuel de Bofarull (1850-1892), Francisco de Bofarull (1893-1911) y Eduardo González-Hurtebise (1911-1921). Tres archiveros que consolidaron la fama del Archivo.

Figura 9 (b) Manuel de Bofarull (1850-1892), Francisco de Bofarull (1893-1911) y Eduardo González-Hurtebise (1911-1921). Tres archiveros que consolidaron la fama del Archivo.

Figura 9 (c) Manuel de Bofarull (1850-1892), Francisco de Bofarull (1893-1911) y Eduardo González-Hurtebise (1911-1921). Tres archiveros que consolidaron la fama del Archivo

Figura 10 Sala destinada a los registros y pergaminos del antiguo Archivo Real, hacia el año 1920. Se mantenía la idea de la accesibilidad de la documentación, introducida por Próspero de Bofarull.

Figura 11 Vestíbulo del Archivo después de las reformas posteriores a 1940.

Figura 12 Sala de Lectura del Archivo después de las reformas posteriores a 1940.

Dentro de la renovación de Barcelona propiciada por los Juegos Olímpicos de 1992, al año siguiente se inauguraba una nueva sede del Archivo junto al puente de la calle Marina. El edificio infunde modernidad, y está dotado de los avances tecnológicos del momento. Trece años más tarde, se inaugura la remodelación del Palacio de los Virreyes.

Figura 13 Sede del Archivo, en la calle Almogávares. Se inauguró el 18 de mayo 1993.

Figura 14 Plano de la tercera planta de la sede del Archivo, en la calle Almogávares. Incluye una espaciosa Sala de Lectura.

Figura 15 Sala de Lectura de la sede del Archivo, en la calle Almogávares

Figura 16 Sala de Actos de la sede del Archivo, en el Palacio del Lugarteniente.

Figura 17 Sala de Lectura de la sede del Archivo, en el Palacio del Lugarteniente.