Carta de Merimée (1846)

El archivo como centro de investigación

Próspero de Bofarull (1777-1859), archivero y director del Archivo de la Corona de Aragón entre 1814 y 1849, representa un punto de inflexión en la historia siete veces centenaria de la institución. A él se debe el remate de su transformación, de órgano administrativo a centro científico y cultural al servicio de la historia.

Introdujo cambios en la práctica reglamentaria del archivo, que hasta entonces había estado cerrado a los literatos e historiadores, lo cual era, en su opinión, una política “impropia de un gobierno ilustrado y justo”, como dijo en 1820, proponiendo que “cualesquiera persona de conocida probidad podrá entrar en el Archivo durante las horas de oficina a hacer sus investigaciones sobre la materia o punto que se le ofrezca, pero, mediante el correspondiente permiso de atención del archivero, y para el manejo de los originales, se pedirá permiso al rey por la Secretaría de Gobernación”. Se adelantó al propio gobierno español, que hasta 1844 no adoptó unas tímidas medidas aperturistas de los archivos nacionales. Bofarull abogaba por una mayor liberalización de la consulta. Y, con las limitaciones legales de su tiempo, abrió el archivo a la investigación y a la cultura.

Fue, también, un intelectual conocedor las principales corrientes historiográficas y eruditas de la época, lo que le permitió cartearse con algunos de los más destacados investigadores nacionales e internacionales.

Su hijo, Manuel de Bofarull (1816-1892), que le sucedió en el cargo en 1850, siguió la norma de curiosidad científica y buen trato hacia los visitantes. En las cartas de los usuarios, se elogia el clima de estudio y amabilidad creado por el segundo de los Bofarull, siendo incluso definido el ACA por un erudito francés como el “archivo de la cortesía”.

La correspondencia con grandes eruditos

En el siglo XIX el ACA obtiene fama internacional y comienza a ser consultado, tanto en persona como por correspondencia, por investigadores de todo el mundo, especialmente de Francia, Alemania e Italia. La nómina de historiadores que consultan o escriben al archivo incluye los grandes nombres de la erudición del momento: Tomás Muñoz y Romero, Adolfo Bonilla, Marcelino Menéndez y Pelayo, Pascual Gayangos, Francisco Codera, Francisco Danvila, Julián Ribera, Roque Chabás, Jaume Massó y Torrents, Antonio Rubió y Lluch, Eduardo Hinojosa, Josep Sanchis Sivera, Andrés Giménez Soler,… Y también personalidades extranjeros como Prosper Mérimée –que mantuvo correspondencia y amistad con Próspero de Bofarull-, Morel Fatio, Desdevises du Dezert, Joseph Calmette, Emilio Huebner, Heinrich Finke, Rudolf Beer, Carini, La Mantia, y tantos otros. De todos ellos, y de muchos otros, el archivo conserva correspondencia erudita y personal con sus directores.

Próspero Mérimée

Prosper Mériméé (1803-1870) fue un novelista, dramaturgo, historiador y arqueólogo francés, conocido, sobre todo, por su novela “Carmen”, que Georges Bizet transformó en una de las más famosas óperas francesas. En 1846, después de terminar esa novela, Mérimée había comenzado a escribir la historia del rey Pedro I de Castilla, publicada en 1848, cuya figura impresionó a este autor romántico. Indagó en varios archivos y bibliotecas españoles hasta que fue informado de que en Barcelona existía un importante depósito de documentación medieval. El archivero le remitió información valiosa para la novela, como la copia de del pacto autógrafo firmado en Monzón en 1361 entre Pedro IV de Aragón y el conde de Trastámara, futuro Enrique II de Castilla. Mérimée viajó a Barcelona, donde fue bien acogido por los Bofarull, con quienes mantuvo una larga amistad intelectual y personal.

El Archivo de la Corona de Aragón conserva entre sus cartas, una de amistad y reconocimiento dirigida a Próspero de Bofarull, con los pormenores de algunas consultas mutuas y relatando su regreso de Barcelona a París.

ACA,SECRETARÍA,127,Merimee/1846

Transcripción

Bibliografía: J. Ernesto Martínez Ferrando, Próspero de Bofarull y Próspero Mérimée (una amistad ejemplar), Reus, 1954.